Seúl (Agencia Fides) - Mientras el Ministerio de Justicia ha trasladado a dos condenados a muerte al Centro de Detención de Seúl, donde podrían llevarse a cabo por primera vez en 26 años las ejecuciones, no faltan voces y organizaciones en la sociedad coreana que piden una vez más la abolición definitiva y explícita de la pena capital del sistema estatal. Ayer, 10 de octubre, con ocasión de la 21ª Jornada Mundial por la Abolición de la Pena de Muerte, movimientos y asociaciones de diversa procedencia, entre ellos comunidades cristianas de distintas confesiones, han participado en la Conferencia Unificada sobre la Abolición de la Pena de Muerte, celebrada en la Asamblea Nacional coreana, con el fin de sensibilizar a los responsables políticos sobre un tema cercano al corazón de todos: el respeto a la vida humana. "Hay que poner fin a los intentos de ejecución y continuar la campaña para abolir la pena de muerte en Corea", se ha manifestado en la conferencia.
"Aunque el gobierno asegura que no se llevarán a cabo ejecuciones, estamos preocupados porque los medios de comunicación están difundiendo noticias de que hay instalaciones de ejecución en funcionamiento. Y la medida de reunir a los presos condenados a muerte en el Centro de Detención de Seúl va en la misma dirección", se lee en una nota difundida al finalizar la iniciativa. El Foro de Asociaciones pide al Ministerio de Justicia que "se comporte de forma respetuosa con los derechos humanos", excluyendo la ejecución de presos.
La conferencia ha reiterado: "Castigar un crimen 'horrible' con un castigo 'horrible' es en sí mismo algo terrible. Hay que recordar que la pena de muerte no tiene valor disuasorio, no es útil y debe ser abolida". En la opinión pública coreana, el aumento de los casos de crímenes atroces ha creado una corriente de apoyo a la aplicación de la pena capital, pero según los movimientos de la sociedad civil, "la respuesta correcta es reforzar las medidas de prevención del crimen a gran escala y garantizar el apoyo psicológico y material necesario a las víctimas y sus familias".
Es cierto que el presidente coreano, Seok-yeol Yoon, votó a favor de una resolución de moratoria global de la pena capital en la Asamblea General de la ONU en diciembre del año pasado, pero un año después, se constata que el Ministerio de Justicia coreano se inclina por mantener la pena de muerte.
Mientras tanto, una enmienda al Código Penal, aprobada en la Asamblea Nacional en julio, suprime el plazo de prescripción de 30 años para la ejecución de la pena de muerte, al que anteriormente el Tribunal Constitucional había declarado "legitimidad constitucional": el gobierno coreano se remite a este pronunciamiento para mantener esta condena en el sistema.
El Subcomité para la Abolición de la Pena de Muerte, perteneciente a la Comisión de Justicia y Paz de los Obispos Católicos Coreanos, ha participado en la conferencia sobre la abolición de la pena de muerte. Desde 2006, la Iglesia católica coreana ha llevado a cabo cinco campañas de recogida de firmas para peticiones legislativas que piden la abolición de la pena de muerte y la introducción de penas alternativas.
Actualmente hay un total de 59 presos condenados a muerte en Corea. Corea está clasificada como país con pena de muerte pero en el que está en vigor una moratoria sobre la pena capital, al haberse suspendido la última ejecución de 23 condenados a muerte el 30 de diciembre de 1997.
Sin embargo, en los últimos días, dos condenados a muerte, Yoo Young-cheol (asesino en serie de 21 personas) y Jeong Hyeong-gu (también condenado por asesinato) fueron trasladados al Centro de Detención de Seúl por orden del ministro de Justicia, y la atención pública se ha centrado en la posibilidad de que se aplique la pena de muerte en su caso. Actualmente hay 18 personas condenadas a muerte encarceladas en el Centro de Detención Especial de Seúl, creado para llevar a cabo ejecuciones.
El Día Mundial para la Abolición de la Pena de Muerte se ha convertido a lo largo de los años en un hito para la campaña mundial contra la pena capital, y en las semanas siguientes se organizan también numerosas actividades culturales hasta el 30 de noviembre, día dedicado a la iniciativa "Ciudades por la Vida", cuando numerosas ciudades de todo el mundo iluminan sus edificios simbólicos para celebrar la primera abolición de la pena de muerte, que tuvo lugar en 1786 en el Gran Ducado de Toscana, y fomentar la campaña abolicionista en todo el mundo.
(PA) (Agencia Fides 11/10/2023)