ASIA/PASKISTÁN - Oración y solidaridad con los desplazados de Jaranwala

lunes, 21 agosto 2023 blasfemia   islam   minorías religiosas   solidaridad   violencia   oración  

Indrias Rehmat, obispo de Faisalabad, celebra la mesa en las calles del barrio atacado en Jaranwala

Faisalabad (Agencia Fides) - Oración, solidaridad con los desplazados y petición de justicia. Es lo que desea la comunidad cristiana en Pakistán los días posteriores a lo ocurrido el 16 de agosto en la ciudad de Jaranwala, donde se desató una ola de violencia causada por acusaciones de supuesta blasfemia contra dos cristianos. Se destruyeron 26 iglesias, capillas y lugares de culto (tres católicos) y 800 casas con lo que se han quedado sin hogar más de tres mil ciudadanos paquistaníes de fe cristiana.

En la diócesis de Faisalabad, las comunidades católicas se han reunido para rezar en todas las iglesias. Ayer, domingo 20 de agosto, en la Jornada especial de oración anunciada por la Conferencia Episcopal de Pakistán en todo el país (ver Fides 18/8/2023), monseñor Indrias Rehmat, obispo de Faisalabad, celebró una misa en las calles del barrio destruido, cerca de las ruinas de la iglesia católica de San Pablo, junto al padre Khalid Mukhtar, párroco de barrio católico. Todas las familias cristianas participaron con devoción y emoción, encontrando consuelo en la cercanía expresada por todos los demás fieles y en la Eucaristía. “El Señor está siempre a nuestro lado. Él está con nosotros en el sufrimiento. Su Cuerpo y Sangre son fuente de fortaleza, paciencia, esperanza y son el testimonio del amor eterno de Dios por su pueblo. Él está hoy entre nosotros y nos dice, no desesperéis”, dijo el obispo a los fieles, afligidos por haber perdido su casa y todos sus bienes personales, encontrándose en la miseria de un día para otro.

En la iglesia de Pansera, en la diócesis de Faisalabad, el párroco Emmanuel Parvez centró su homilía en el pasaje del Evangelio en el que Jesús crucificado dice: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. “Nuestra respuesta es el perdón. Invocamos la misericordia de Dios para aquellos que han cometido estos crímenes y barbaridades, profanando iglesias y destruyendo casas. También pedimos justicia, para que, a nivel civil, se determinen responsabilidades y se juzgue a los autores de tales hechos”, aseguró. También se realizaron vigilias de oración en otras diócesis como en Karachi, en la provincia de Sindh, donde cientos de fieles se reunieron frente a la catedral de San Patricio con velas encendidas para pedir a Dios consuelo, justicia y paz.

Junto a la oración, se está realizando un esfuerzo común de solidaridad por las familias desplazadas de Jaranwala. Cáritas de Faisalabad, con un equipo de voluntarios, está distribuyendo paquetes de alimentos, kits de higiene y juegos de cocina a las familias afectadas. Comunidades religiosas como las monjas dominicas de Faisalabad han acudido al barrio cristiano, preparando y llevando comida cocinada a los desplazados. Los misioneros Oblatos de María Inmaculada (OMI) han comenzado a trabajar en la zona para apoyar a los más necesitados, brindando artículos de primera necesidad como tiendas de campaña y mantas, mientras se dedican a limpiar lugares y casas y comienzan a pensar en la reconstrucción. También la Fundación Cecil & Iris Chaudhry, dirigida por la católica Michelle Chaudhry, ha comenzado un proyecto de ayuda. “Al visitar los lugares, nos dimos cuenta de que el nivel de destrucción está más allá de todo entendimiento. Hemos lanzado el 'Jaranwala Relief Program' para ayudar a las víctimas. Varias familias se han refugiado en casas de sus familiares o amigos, mientras que otras están alojadas en albergues improvisados cercanos o incluso con familias musulmanas que se han mostrado solidarias. Hay alrededor de 3.000 personas desplazadas y entre ellas 200 niños. Pensamos en el día a día, en servir comida preparada, agua potable, comida para bebés, alimentos secos, productos de higiene o medicinas. Hemos establecido un centro de acopio en nuestra sede y en Lahore y también aceptamos donaciones de dinero”, explica la mujer.

Desde el punto de vista jurídico, abogados, académicos y figuras políticas, han condenado la violencia y han pedido al poder judicial una pronta intervención y una señal clara a la opinión pública de forma que no se deja impune la violencia perpetrada, para que tragedias como esta no ocurran en el futuro. Mumtaz Zahra Baloch, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Pakistán, garantizó que “la justicia se ha puesto en marcha ya que el gobierno de Pakistán no se detendrá hasta que los responsables de estos actos cobardes sean llevados ante la justicia”. La policía ya arrestó a más de cien sospechosos que estarían al frente de los saqueadores.

Mientras tanto, para ayudar a cubrir las necesidades de las familias desplazadas, el gobierno provincial de Punjab aseguró que había aprobado una compensación de 2 millones de rupias (6.700 dólares estadounidenses) para cada una de las familias afectadas. Y a nivel interreligioso, el Pakistan Ulema Council (PUC) y la Iglesia Anglicana de Pakistán han establecido un comité especial de 24 miembros para “tratar juntos el incidente de Jaranwala, promover la armonía interreligiosa y contrarrestar las narrativas extremistas”.
(PA) (Agencia Fides 21/8/2023)


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