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Ankara (Agencia Fides) - Los resultados finales de las elecciones en Turquía, con la victoria del Presidente en ejercicio Recep Tayyip Erdogan, ponen de relieve "la falta de pertinencia de los instrumentos mediáticos occidentales para representar la situación turca". Lo ha subrayado el Obispo Paolo Bizzeti sj, Vicario Apostólico de Anatolia, recordando también que "la Iglesia católica nunca ha tenido dificultades con el gobierno de Erdogan".
En la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, celebrada ayer domingo 28 de mayo, el presidente Erdogan obtuvo el 52,16% de los votos. Su rival Kemal Kılıçdaroğlu se detuvo en el 47,84%. Este resultado se produjo después de meses en los que las encuestas y los análisis de los medios de comunicación occidentales habían acreditado el posible fin de la larga temporada de Erdogan al frente de Turquía. "La falta de conocimiento del país real", ha señalado el obispo Bizzeti en conversación con la Agencia Fides, "lleva a una cierta superficialidad en la forma de entender Turquía, y entonces uno se sorprende... La victoria de Erdogan era previsible, y no se ha producido el vuelco de la situación que algunos vaticinaban. Esto se debe a que nos fijamos en ciertos aspectos que nos parecen tan importantes, mientras que hay otros que son claramente más importantes para el pueblo turco, y que infravaloramos". Entre los factores a tener en cuenta, el Vicario Apostólico de Anatolia destaca "la importancia que Turquía ha adquirido en la escena internacional con el gobierno de Erdogan, un hecho importante para los turcos. El gobierno de Erdogan es reconocido como actor geopolítico por Europa y Estados Unidos, por Putin y por las monarquías del Golfo, por razones diferentes, incluso a veces opuestas. Se trata, pues, de un líder firmemente al mando que puede contar con el reconocimiento internacional. Quienes lo presentan como un dictador aislado que va por libre, hacen una lectura equivocada de la realidad. Erdogan es un hombre elegido y apoyado internacionalmente. Y esto hay que tenerlo en cuenta, porque la opinión pública turca lo tiene en cuenta”.
Erdogan se ha impuesto a su rival por una diferencia de unos dos millones de votos. La victoria le garantiza permanecer otros cinco años al frente del país. En las últimas semanas, en un intento de recabar apoyos, Kemal Kılıçdaroğlu había dado un giro nacionalista y antiinmigración a su campaña, prometiendo la expulsión y repatriación forzosa de los millones de refugiados sirios que han encontrado refugio en Turquía. "El candidato de la oposición -señala el obispo Bizzeti- ha pretendido competir con Erdogan en el terreno de Erdogan, y no era una opción muy creíble. La oposición no ha tenido el valor de defender algo realmente diferente. Esto explica también en parte el resultado: si los argumentos son más o menos los mismos en ambos bandos, la gente opta por mantener en el poder al hombre que ya conoce".
En cuanto a los sentimientos que el resultado electoral pueda despertar entre las comunidades cristianas de Turquía, el obispo Bizzeti señala que "Honestamente, la Iglesia católica nunca ha tenido dificultades con el gobierno de Erdogan. Hay cuestiones que siempre han estado sin resolver, como la personalidad jurídica de la Iglesia católica. Pero son problemas que se derivan del Tratado de Lausana, y desde luego no del gobierno del Akp, el partido de Erdogan”. “Además - añade el obispo jesuita -, un cierto laicismo kemalista que relega la religión a la esfera privada no es muy deseable para nosotros. También en este punto debemos huir de ciertas banalizaciones. En Europa la laicidad total del Estado se considera un valor, pero hay situaciones controvertidas y aspectos discutibles. Sin embargo, para nosotros es deseable un gobierno que tenga en cuenta los sentimientos religiosos de las personas. No podemos aceptar una religión simplemente relegada a la conciencia".
(GV) (Agencia Fides 29/5/2023)