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Panamá (Agencia Fides) - "La minería metálica no es viable ni sostenible en un país con la riqueza hídrica y de biodiversidad y la vulnerabilidad climática de Panamá. Así lo demuestran numerosos estudios internacionales y nacionales. Nuestros Obispos lo han confirmado: no hay cantidad de dinero en el mundo que pueda compensar los daños que la minería puede causar a corto, medio y largo plazo". Así lo afirma una declaración urgente de la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (Remam), sección Panamá, firmada por 13 organizaciones católicas y 5 congregaciones religiosas, entre ellas la Pastoral Social-Cáritas, la Comisión de Justicia y Paz, la Pastoral Indígena, la Universidad Santa María la Antigua...
"Basados en el Evangelio, la Doctrina Social de la Iglesia y la palabra del Papa Francisco", escriben los firmantes, "hemos analizado el nuevo contrato del Estado panameño con Minera Panamá y la propia realidad minera de nuestro país", por ello expresan su profunda preocupación por varias razones. En primer lugar, el área de la concesión minera, 17.780,38 hectáreas, se encuentra "en medio del Corredor Biológico Mesoamericano y del Área Protegida de Donoso, lo que contradice nuestro ordenamiento jurídico". El contrato también estipula que la empresa puede "adquirir, contratar o tener en usufructo tierras pertenecientes al Estado o a propietarios privados, sin límites". El Estado se compromete a expropiar los terrenos que sean necesarios para ampliar la concesión, sin indemnización alguna.
Otros aspectos críticos analizados se refieren al ingreso mínimo garantizado que paga la empresa minera al Estado, que es de 375 millones de dólares: "es muy relativo ya que puede disminuir por muchas razones", entre ellas la caída del precio del cobre en el mercado, lo que "no constituye una garantía real". El contrato también prevé normas laborales "especiales" que pueden prever salarios más bajos que en el resto del país, en violación de la normativa del código laboral. También habrá reducciones en las fuentes de agua, por lo que sufrirán las personas que viven a lo largo de los ríos. "Como ciudadanos de este país y como cristianos defensores de la vida", escriben los firmantes del documento, "queremos demostrar nuestra fe con nuestras obras, por lo que no podemos avalar un contrato de este tipo, que, además, contiene contradicciones con nuestra legislación ambiental y constitucional". Por ello, invitan al Parlamento a "una seria y profunda reflexión, para no aceptar la firma de este contrato, que lesiona gravemente no sólo nuestra soberanía, sino también el futuro del pueblo panameño y de nuestra Casa Común".
Se pide a todos los cristianos, universidades, organizaciones ecologistas y otros que "propongan un cierre escalonado de la minería, con plazos razonables, de acuerdo con las normas legales y los acuerdos internacionales, y con la posibilidad de auditorías sociales para su debida transparencia y cumplimiento". A continuación, llaman a todos los ciudadanos de Panamá a crear una "ciudadanía ecológica", como propugna la encíclica Laudato Sì, para el cuidado del medio ambiente y la protección de la obra de Dios. Por último, piden a los Obispos y a otras organizaciones y grupos interesados en el futuro de Panamá que consideren un pronunciamiento sobre “la urgente necesidad de salvar nuestra Casa Común de un desastre ambiental de proporciones catastróficas”.
(SL) (Agencia Fides 12/5/2023)
