Talas (Agencia Fides) - Durante la celebración eucarística del domingo 26 de marzo, unos agentes de policía y del Comité Estatal para la Seguridad Nacional entraron en la iglesia parroquial católica de Talas (Parroquia de San Nicolás), en Kirguistán, y multaron con 90 dólares a la hermana Daniela Činčilova, ciudadana eslovaca de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de la Enseñanza, siguiendo un procedimiento penal en virtud del Art. 142 ("Violación de la legislación sobre libertad religiosa y sobre las organizaciones religiosas") del Código Penal de la República. Según los agentes de la policía judicial, la religiosa es responsable de difundir el catolicismo romano entre los habitantes de Talas sin autorización de la Comisión Estatal de Asuntos Religiosos. «La decisión de multar a la hermana Daniela ha sido sin duda tomada por ignorancia del personal local implicado en la operación, ya que la religiosa no ha violado la normativa vigente en Kirguizistán», declara a la Agencia Fides Damian Wojciechowski SJ, hermano jesuita y director de la curia de la Administración Apostólica de Kirguizistán. De hecho, la hermana Daniela sólo estaba leyendo desde el ambón una de las lecturas previstas en el calendario litúrgico, es decir, no estaba ni predicando ni presidiendo la celebración de la Eucaristía, dos acciones que un ciudadano extranjero sólo puede realizar si está en posesión de un certificado especial expedido por los organismos gubernamentales competentes. «Ya hemos iniciado los trámites para presentar un recurso ante los tribunales y confiamos en que la multa pueda ser anulada, ya que siempre hemos actuado de acuerdo con la legislación vigente», prosigue el jesuita.
En la actualidad, varios miles de católicos viven en Kirguistán, país de mayoría musulmana, de los cuales unos 500 asisten asiduamente a las nueve parroquias de la república. Las tres iglesias principales se encuentran en Biškek, Jalal-Abad y Talas. Esta última, reconsagrada en 2019, fue la primera en reabrirse tras el fin de la URSS como iglesia propiamente dicha. De hecho, hay muchos católicos locales que viven lejos de las parroquias y se reúnen a rezar en casas particulares, donde reciben periódicamente visitas de los misioneros que trabajan en Kirguizistán. Entre los religiosos católicos, la presencia numéricamente más significativa es la de los jesuitas (9 sacerdotes y 1 hermano, procedentes de Eslovenia, Vietnam, Estados Unidos, Kazajstán y Polonia), a los que se unen 5 Hermanas Franciscanas de la Enseñanza, 4 Hermanas Misioneras de la Caridad, 2 Hermanas Misioneras de la Consolación y un sacerdote diocesano de Eslovaquia.
(CD) (Agencia Fides 28/03/2023)