EUROPA/GRECIA - Adiós a Ioannis Zizioulas, gran teólogo de los Últimos Tiempos

sábado, 4 febrero 2023 iglesias orientales   ecumenismo   teología   eucaristía  

Por Gianni Valente

Tanto el Papa Francisco como el Papa Benedicto XVI lo sabían. Ambos reconocieron que, tras haber cruzado el umbral del Tercer Milenio desde el nacimiento de Cristo, el mayor teólogo cristiano del momento era él, Ioannis Zizioulas, metropolita ortodoxo de Pérgamo, antiguo miembro del Sínodo del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla. El viernes 2 de febrero, su alma dejó este mundo. Zizioulas falleció en un hospital de Atenas por complicaciones respiratorias relacionadas con la infección por Covid-19. Hoy, sábado 4 de febrero, tendrá lugar su funeral en la capital griega.
Ioannis Zizioulas tenía 92 años, y su marcha deja más solos a todos los que sufren las divisiones entre los bautizados, y que durante décadas han considerado la plena comunión entre la Iglesia de Roma y las Iglesias ortodoxas no como un sueño sentimental, sino como una posibilidad en el horizonte. Un benéfico y urgente "rendirse a la realidad" por parte de las "Iglesias hermanas" que en medio de mil heridas e incomprensiones han custodiado todas el mismo tesoro de los Sacramentos y la validez de la sucesión Apostólica.
La teología de Zizioulas partía precisamente del reconocimiento de que toda la realidad y la vida de la Iglesia tienen su fuente en el sacramento de la Eucaristía, celebrado por la comunidad eclesial reunida en torno a su obispo. Su "eclesiología eucarística" se nutrió de su penetrante lectura de los Padres de la Iglesia y desarrolló las ideas de teólogos ortodoxos como el ruso Nicolay Afanasiev. Para él, como para Afanasiev, "donde está la Eucaristía, allí está la Iglesia". Y toda Iglesia local es Iglesia en sentido pleno, en virtud de la Eucaristía celebrada por ella según el mandato dado por Jesús a los apóstoles y a sus sucesores.
Ioannis Zizioulas nació en el norte de Grecia. Había estudiado Teología en las Universidades de Tesalónica y Atenas, y después asistió al Instituto Ecuménico de Bossey, del Consejo Ecuménico de las Iglesias. Tras ser profesor de Historia de la Iglesia y Patrística, había sido profesor de Teología Sistemática y Patrística en institutos y universidades del Reino Unido (Edimburgo, Glasgow, Londres). A principios de los años ochenta, el gran teólogo dominico Yves Congar ya le llamaba «uno de los teólogos más originales y profundos de nuestro tiempo».
Precisamente por la inagotable riqueza de las fuentes de la fe de las que extrajo su teología, Zizioulas se convirtió también en una figura clave del diálogo teológico iniciado tras el Concilio Vaticano II para eliminar los obstáculos doctrinales al restablecimiento de la plena comunión entre católicos y ortodoxos. En 1986, fue nombrado Metropolitano de Pérgamo dentro del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, y sus líneas teológicas, desde la década de 1990, han sido la contribución más relevante al intento de encontrar un punto de consenso entre ortodoxos y católicos sobre la doctrina del Primado y el papel del Obispo de Roma.
Durante los últimos años del pontificado de Juan Pablo II y los de Benedicto XVI, Zizioulas fue Copresidente de la Comisión para el Diálogo Teológico entre la Iglesia Católica y las Iglesias Ortodoxas. Sus argumentos teológicos, basados en constantes referencias a la Tradición y a la historia de la Iglesia, contribuyeron decisivamente en aquellos años a la búsqueda de una definición de la primacía universal del Papa que pudiera ser aceptada también por los ortodoxos.
Para Zizioulas, incluso las Iglesias ortodoxas, mirando a su propia historia y a sus antiguos cánones, podrían llegar a reconocer que el ejercicio del primado a todos los niveles, desde el local al universal, forma parte de la estructura de la Iglesia querida por el Señor Jesús, y no es una cuestión de organización práctico-canónica de aparatos y dinámicas eclesiales. «En la tradición ortodoxa - explicó Zizioulas en una entrevista concedida en 2005 a la revista católica 30Days - nunca ha habido ni puede haber un Sínodo o un Concilio sin un 'protos', es decir, un 'primus'. Por tanto, si la sinodalidad es de derecho divino, la primacía también debe serlo».
En 2007, gracias en gran medida a las estimulantes y objetivas formulaciones teológicas de Zizioulas, se alcanzó el "Documento de Rávena": en ese documento, elaborado por la Comisión para el Diálogo Teológico, los ortodoxos también reconocieron que la primacía es necesaria y está firmemente asentada en la tradición canónica de la Iglesia, y no es un mero elemento "organizativo" humano. También se había alcanzado un consenso entre los representantes católicos y ortodoxos al reconocer que en la Iglesia siempre existe el ejercicio de la primacía a nivel local, regional y universal. Luego, todo se complicó y el momento propicio se desvaneció, después de que la Iglesia Ortodoxa Rusa se negara a conceder cualquier tipo de consentimiento al documento de Rávena.
En entrevistas más recientes, el metropolita Ioannis había reconocido que la búsqueda de nuevas vías para reconstituir la plena comunión entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas se había estancado, debido sobre todo a las divisiones intra-ortodoxas, cada vez más desgarradoras, agravadas tras el enfrentamiento entre el Patriarcado de Moscú y el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla por el estatuto canónico de la Ortodoxia en Ucrania.
«Si la Iglesia se repliega sobre sí misma, morirá. Porque la Iglesia existe para el mundo, no para sí misma», repitia Ioannis Zizioulas. Para él, la unidad entre los bautizados «sirve también para dar un testimonio común más fuerte ante los problemas que afligen al mundo y a las sociedades de hoy». Ahora que los conflictos de la historia abren brechas inimaginables incluso entre Iglesias que beben de la misma fuente espiritual, la sabiduría de fe del metropolita Ioannis Zizioulas enciende el recuerdo agradecido de quienes le conocieron. Y ayuda a abrigar la esperanza de nuevos comienzos y nuevas partidas, en el camino de testimoniar plenamente la comunión de los que llevan el nombre de Cristo.
(Agencia Fides 4/2/2023)


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