Bissau (Agencia Fides) – “En este momento la situación está tranquila, diría que hemos vuelto a la normalidad, si no fuera por las marcas que han quedado alrededor del lugar donde se produjo el extraño intento de golpe. Ayer, 4 de febrero, pasé por el palacio presidencial para celebrar una misa en una comunidad cercana y me di cuenta de que la carretera está cerrada y hay soldados que la vigilan. Por lo demás, la vida continúa con normalidad”. En una entrevista con la Agencia Fides, el padre Celso Corbioli, de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, director espiritual del seminario mayor de Bissau, en el país desde 2003, informa de que no hay claridad sobre el fallido golpe de Estado en Guinea Bissau del 1 de febrero.
Y añade: “Todavía no sabemos si se trata realmente de un golpe de Estado o de algún otro acto desestabilizador, porque nadie ha entendido todavía los motivos que hay detrás, las personas que están detrás o las verdaderas intenciones. Por el momento, se ha confirmado la muerte de al menos 11 personas, aunque hay quien habla de un número mayor. Entre los muertos se encuentran soldados que defendían el edificio, miembros de la guardia presidencial y otros civiles, entre ellos el chófer de un ministro. Quiénes son los autores es la gran pregunta sin respuesta, porque no hay constancia de que sean militares: iban vestidos de uniforme pero, al parecer, no eran del ejército regular; puede que recibieran entrenamiento, pero no estaban en las filas del ejército. Otro elemento extraño es que todos ellos consiguieron escapar sin problemas, a pesar llevar encima armas pesadas. Uno se pregunta: ¿cómo ha sido posible?”.
Las hipótesis apuntan a los narcotraficantes internacionales, mientras que, precisamente porque andamos a tientas en la oscuridad, algunos piensan en una matriz islámica. “Hay quien piensa en la posibilidad de una pista islámica - dice el misionero - , aunque, en realidad, parece muy improbable. Otros hablan de carteles internacionales de la droga. Pero, varios días después del suceso, los observadores son incapaces de formular una hipótesis bien fundada, ni siquiera los partidos de la oposición avanzan pistas creíbles. Lo que llama la atención es que lograron asediar el palacio presidencial y acudieron en masa. Varios testigos vieron y oyeron lo que ocurría e informan de un grupo numeroso y bien armado. Escuché en Radio Francia la noticia de que la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) está reconsiderando el envío de fuerzas de seguridad al país. En la reciente reunión de la organización transnacional en Ghana, en Accra, se habló de la situación en Guinea Bissau y de la hipótesis de enviar, como en el pasado, una fuerza de mantenimiento de la paz”.
El padre Corbioli concluye: “El sábado pasado fue un día de fiesta para la Iglesia porque se produjo la entronización del nuevo obispo de Bissau, Su Excelencia. Mons. José Lampra Cá, hasta ahora Obispo Auxiliar y Administrador Apostólico. La sede había quedado vacante tras la dimisión de su predecesor. A la ceremonia en la catedral asistieron también el presidente Umaro Sissoco Embalo, de religión islámica, y el primer ministro Nabiam. Era una buena señal. Pocos días más tarde se produjo el intento de golpe de Estado, pero esperamos poder volver pronto a la normalidad”.
(LA) (Agencia Fides 4/2/2022)