ASIA/TAIWÁN - Solidaridad y gratitud del pueblo taiwanés en tiempos de Covid-19

sábado, 16 mayo 2020 derechos humanos   coronavirus   sanidad   órdenes religiosas   enfermedades   misioneros  

Taipei (Agencia Fides) – “La pandemia de Covid-19 desde el principio ha sido una oportunidad de solidaridad, dado que los taiwaneses son una población abierta, generosa y solidaria". Raphael Lin Zhiding, capellán de la "Universidad Católica de FuJen" en Taipei, una universidad a la que asisten más de 27 mil estudiantes, en su mayoría no católicos. “En particular - dice el sacerdote -, se realizó un abundante flujo de donaciones a Italia: un misionero italiano en Taiwán, el padre Giuseppe Didone, de la Orden de Ministros de los Enfermos (llamado Camilianos) lanzó un llamamiento público, recordando que durante décadas, los sacerdotes italianos han estado ayudando al pueblo de Taiwán con dedicación, desde los tiempos en que eran muy pobres. Así inició una carrera de solidaria hacia Italia, en señal de agradecimiento por lo que los camilianos han hecho en 60 años de presencia en Taiwán". Los camilianos italianos ayudaron a construir hospitales y clínicas en el condado de Yilan después de la Segunda Guerra Mundial. Ahora, los habitantes de Yilan, en el este de Taiwán, han mandado donaciones al Hospital Luodong St. Mary, contribuyendo con más de 4,8 millones de euros, una forma de mostrar su gratitud: los fondos se utilizaron para comprar equipo médico esencial en las zonas afectadas por Covid-19 en Italia.
Como resultado del imponente impulso de solidaridad, Taiwán ha donado 480.000 mascarillas entregadas al Vaticano, a la Conferencia Episcopal Italiana y a las comunidades religiosas, gracias a la colecta realizada por donantes públicos y privados. Las autoridades taiwanesas, numerosas organizaciones y ciudadanos privados querían ayudar a la Santa Sede y a la Iglesia italiana en la lucha contra la pandemia. Las mascarillas estaban destinadas a instituciones de la Santa Sede, tres hospitales romanos (Hospital Bambino Gesù, Policlínico Gemelli y Campus Biomédico), y varias estructuras religiosas y sanitarias en el norte de Italia. Además, se han realizado donaciones de alimentos y material de protección a varias congregaciones religiosas que están particularmente involucradas en el cuidado de los enfermos y habrá otras iniciativas similares en el futuro.
Luego el capellán continúa: “Taiwán ha tenido éxito en la lucha contra este virus. Esto sucedió porque las autoridades civiles reaccionaron de manera inmediata y eficiente, tomando todas las medidas necesarias, como hacer test a toda la población, aislar los casos positivos, tratar a los contagiados", subraya, relatando una situación que actualmente ve cero contagios y un solo caso, llegado del extranjero. “Los misioneros salvadorianos y otras órdenes religiosas – continúa el padre Lin –, ​​también han recolectado y enviado ayuda. Debemos recordar la campaña lanzada por los jóvenes del movimiento de los Focolares en Taiwán, a favor de un país como México, después de la experiencia de uno de ellos en el país americano. Los taiwaneses tienen un corazón cálido que ha mostrado simpatía y caridad".
La dimensión espiritual, nota p. Lin, es muy importante en Taiwán, donde, de unos 23 millones de habitantes, los cristianos representan en general el 3,9% de la población, frente a una mayoría de budistas (35%) y taoístas (33%): "Las comunidades religiosas demuestran ayuda mutua y unidad. En esta crisis, las comunidades de fe desarrollan buenas relaciones, en el espíritu común de compasión y misericordia hacia aquellos que sufren".
Sobre la vida de la pequeña iglesia taiwanesa, que es aproximadamente el 1% de la población, el Capellán observa: "Las actividades pastorales se han detenido por un tiempo pero, desde el domingo pasado, tuvimos la buena noticia de la reanudación de las Santas Misas y de las celebraciones litúrgicas con la gente. Por supuesto, existe una estricta observancia de los protocolos de salud, como el uso de mascarillas, la desinfección de los ambientes, la limpieza de las manos, el distanciamiento. Los bautizados, en este tiempo difícil, no han perdido la esperanza, la fe, la caridad".
(PA) (Agencia Fides 16/5/2020)


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