Taipei (Agencia Fides) - Una peregrinación es como "un retiro espiritual en movimiento". Por este motivo, la comunidad taiwanesa de las Hermanas Misioneras de la Congregación del Sagrado Costado y de Nuestra Señora de los Dolores ha elegido vivir y proponer a todos una peregrinación cuaresmal entre la naturaleza que rodea la ciudad de Xinzhu, con ocasión del centenario del nacimiento al Cielo del Siervo de Dios Eustaquio Montemurro, sacerdote fundador de la Congregación. Un camino realizado junto a laicos y laicas que comparten la espiritualidad ignaciana con la comunidad de religiosas. Un día dedicado también a contemplar la belleza de la Creación. Los peregrinos han relatado en el semanario de la archidiócesis de Taipei la experiencia de reconciliación y sanación interior que han experimentado gracias a la peregrinación. Una curación experimentada por corazones heridos "por la avaricia y la arrogancia", que han encontrado alivio en "hacer cosas bellas juntos: amar a Dios, amarnos los unos a los otros, amar al prójimo y amar la Creación". Al final de la jornada, antes de que los sacerdotes impartieran su bendición, las hermanas han preparado una especie de "rueda de la fortuna", de la que cada uno ha sacado un acto de penitencia y mortificación que deberá realizar durante los días previos a las solemnidades pascuales, para manifestar también así su deseo de reconciliarse con Dios, consigo mismo, con los demás y con la tierra. La peregrinación, aunque corta, ha sido vivida por todos como una experiencia de purificación del corazón durante la Cuaresma.
La Congregación del Sagrado Costado y de Nuestra Señora de los Dolores fue fundada por el Padre Montemurro en 1908. En la actualidad - informa el sitio web oficial de la Congregación - hay 470 Hermanas, distribuidas en 68 comunidades, incluidas las 5 dispersas en Taiwán, donde la misión de las Hermanas comenzó en 1961. Hoy "la provincia de Taiwán comprende cuatro comunidades y tres residencias, una en Taiwán, otra en China y otra en Vietnam". Gracias a su vivo apostolado, las hermanas de Taiqwan animan "tres jardines de infancia, cursos sobre el método Montessori, dirigen Ejercicios Espirituales Ignacianos de diversa índole", además de apoyar las actividades pastorales en las parroquias, la pastoral hospitalaria y la formación de voluntarios, dirigir un dispensario médico y acompañar espiritualmente a los seminaristas. Las hermanas también se dedican a la formación humana y cristiana: entre los aborígenes, a través de guarderías, servicio social preventivo y educación. La sociedad taiwanesa agradece de diversas formas la labor social apoyada por las hermanas misioneras. En 2019, Organizaciones Civiles donó 7 sillas de ruedas a la comunidad de Xinzhu porque muchas religiosas que han dedicado su vida en beneficio de los taiwaneses son ahora ancianas y tienen problemas para caminar. "Ahora - explican los donantes - somos nosotros los que queremos corresponder a este amor".
(NZ) (Agencia Fides 25/3/2023)