Ciudad de México (Agencia Fides) – Con una Misa solemne presidida ayer en el Santuario de Santa María de Guadalupe, santuario de gran importancia para la evangelización de todo el continente americano, el Arzobispo Giampietro Dal Toso, Presidente de las Obras Misionales Pontificias (OMP), ha abierto oficialmente el camino de preparación para el sexto Congreso Americano Misionero, CAM 6, que se celebrará en Puerto Rico en el 2023. Camino que involucrará a todas las diócesis del continente, como ha subrayado en la homilía, “de manera que el congreso misionero sea de verdad un acontecimiento eclesial, es decir, algo que comparten todas las Iglesias de este continente, todos los católicos de este continente”, con la esperanza de que “el celo misionero pueda renovar a todas las Iglesias, unidas en la comunión universal”.
En la celebración, que ha marcado el inicio del camino hacia el CAM 6, han estado presentes obispos, numerosos sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, así como los directores nacionales de las OMP del continente, que en estos días celebran su asamblea continental (véase Fides 15/2/2020) y una gran delegación de la Iglesia de Puerto Rico, que albergará el CAM 6.
En su homilía, el Presidente de las OMP se ha detenido para hablar del tema de la sabiduría, inspirándose en la Liturgia de la Palabra del día. “Necesitamos una sabiduría que ilumine, inspire, acompañe, perfeccione el impulso misionero, verdadero objetivo del CAM” ha dicho recordando el libro del Sirácida, según palabras de San Pablo, la sabiduría que Cristo predica "no es de este mundo", es más está en contraste con la sabiduría de este mundo: “esto se manifiesta claramente en Cristo crucificado y resucitado ‘escándalo para los judíos, necedad para los gentiles’, como escribe Pablo algunos versículos antes. Este primer anuncio de la Iglesia, el corazón de su mensaje, es sabiduría divina, porque es humanamente inexplicable que de la muerte nazca la vida. Como misioneros, también hoy estamos llamados a presentar el misterio de Cristo muerto y resucitado, sabiduría divina”.
El Evangelio del día nos presenta el discurso del sermón de la Montaña, “aparentemente lleno de paradojas, porque se nutre de una sabiduría no humana, sino divina” ha continuado explicando el Arzobispo, advirtiendo que “si nuestra medida de las cosas, de las personas, de los hechos de la vida y de la historia se basan solamente en la justicia humana, significa que todavía no hemos hecho nuestra la sabiduría divina”.
“Para poder ser misioneros debemos ante todo sumergirnos en esta sabiduría y hacerla nuestra, sin miedo a perder nuestra sabiduría ‘demasiado humana’: si no, todo permanece en tinieblas” ha exhortado el Presidente de las Obras Misionales Pontificias, quien luego ha subrayado: “Preparar el CAM significa dejarse iluminar por una sabiduría que viene de lo alto y que no es nuestra; dejarnos interrogar sin miedo y sin prejuicios por esta sabiduría divina, fuera de la cual toda la realidad ecológica, humana, social, eclesial, se queda en las tinieblas”.
En la parte final de la homilía, el arzobispo Dal Toso ha reiterado que “Cristo, sabiduría eterna del Padre, nos manda a todos, ad gentes, hasta los confines de la tierra”; “la Iglesia se entiende como portadora de esta sabiduría, y una Iglesia misionera, como la desea el Papa Francisco, no puede no responder a esta llamada universal”; “ningún hombre puede ser excluido del conocimiento y de la comunión de vida con Dios Padre, con su Hijo Jesucristo, con el Espíritu Santo”.
El continente americano ha recibido el Evangelio “para hacerlo suyo, para interiorizarlo y para donarlo” y “el discípulo misionero es discípulo porque recibe la fe, y es misionero porque la da” ha concluido el arzobispo, instando: “Abrámonos al mundo entero para que el mundo entero encuentre la clave de interpretación de la vida, de la historia, de todo el ser, en la sabiduría de Cristo, en la que todo ha sido creado.” (SL) (Agencia Fides 17/2/2020)