Bangui (Agencia Fides) – “La gente está destrozada. Las casas han sido quemadas y saqueadas. Los cuerpos de las víctimas yacen en el suelo”, lamenta el padre Firmin Gbagoua, Vicario General de Bambari, la ciudad de la República Centroafricana, a 300 km de la capital, Bangui, por donde han pasado los milicianos de Ali Darassa, de La Unión por la Paz en África central (UPC), una de las ramas escindidas de la milicia Seleka.
La semana pasada, los hombres de la UPC, atacaron la gendarmería, la estación de policía, y la base local de Minusca (Misión de la ONU en África Central). Ni siquiera se salvaron las oficinas locales de las ONG ni tampoco la parroquia de Saint-Jean que fue saqueada. De acuerdo con Médicos Sin Fronteras (MSF) al menos 300 habitantes de la ciudad se refugiaron en el hospital local durante la noche del 14 de mayo, cuando la UPC atacó la ciudad.
El área Bambari es estratégica, no sólo por su céntrica ubicación, sino también por la presencia de minas de oro y de diamantes que despiertan la codicia de los varios grupos armados que operan allí.
A finales de marzo el padre Désiré Angbabata, párroco de la iglesia Séko, a 60 km de Bambari, murió en el asalto del pueblo por la UPC (ver Fides 23/03/2018).
(L.M.) (Agencia Fides 21/5/2018)