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Dolo Odo (Agencia Fides) – El fenómeno de los desplazados de las aldeas del sudeste de Etiopía, en la frontera con Somalia, continúa incesantemente debido a la severa sequía. En la llamada región somalí del país, donde la población es de etnia somalí, pero de nacionalidad etíope, hay 264 aldeas con 577.711 desplazados. La cifra se remonta al censo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de entre mayo y junio de este año 2017.
“Para aquellos que han perdido toda fuente de sustento, la única solución es ir a uno de los 'albergues' puestos a disposición por el gobierno para satisfacer su hambre y su sed. Sin embargo, las opciones dadas por el gobierno no son suficientes y es absolutamente necesario que las agencias humanitarias intervengan”, ha declarado a la Agencia Fides, en una nota, una fuente local que prefiere mantener el anonimato.
Sin embargo, los desplazados son sólo uno de los desafíos a los que se enfrenta la región todos los días. De hecho, se espera que entre julio y diciembre, dos millones y medio de personas necesiten alimentos y, según las agencias humanitarias, la cifra al parecer podría haber superado ya los 3 millones y 300 mil este verano. “Debido a la falta de fondos, en junio y julio sólo hemos podido llegar a un millón del millón y 700.000 personas necesitadas en la región somalí”, ha dicho el portavoz del Programa Mundial de Alimentos para África Oriental.
En esta región de Etiopía se concentra un gran parte del 1.056.738 registrado por la OIM en el País. El fenómeno de las personas desplazadas en la zona está asociado al conflicto interno y a los desordenes. Hasta este último año no se hablaba de desplazados internos. Los campos en la zona septentrional de Siti, que se ampliaron durante las carestías del 2015 y del 2016, continúan a estar desbordados.
Las Naciones Unidas estiman que en Etiopía, entre la Oromia y la región somalí, 15 millones de personas necesitan urgentemente ayudas alimenticias debido a la sequía. El 33% de esta población sufre ya los efectos de la desnutrición severa debido a la perdida de cultivos y la muerte del ganado. La sequía se ha convertido en algo endémico y los terrenos están muriendo lentamente. (AP) (8/9/2017 Agencia Fides)