Lahore (Agencia Fides) - Se trata de un episodio que ha despertado gran indignación, y que saca a la luz la discriminación existente contra las minorías religiosas en Pakistán: Irfan Masih, un obrero cristiano que trabajaba en las obras de canalización de las aguas residuales, ha fallecido el 2 de junio porque un médico musulmán del hospital de Umerkot, en Lahore, se ha negado a tocar su cuerpo, cubierto de barro, porque estaba ayunando y siguiendo las prácticas del Ramadán.
El médico dijo que no iba a intervenir hasta que el cuerpo del hombre no fuese lavado.
Masih, de 30 años de edad, se desmayó mientras limpiaba un canal de drenaje, debido a los humos tóxicos. Sus colegas lo llevaron al Hospital Civil más cercano, en estado crítico, pero los médicos en la sala de emergencias declararon inmediatamente que comenzarían a examinarlo y curarlo sólo tras se lavado completamente. Irfan estaba en estado grave y necesitaba de una intervención urgente. Su familia y sus colegas rogaron al personal del hospital, pero el Dr. Yusuf se mostró inflexible.
La familia de Irfanc considera que podría haber sobrevivido si se le hubiera proporcionado el tratamiento médico oportuno afirmando que Irfan murió a causa de una negligencia médica.
Los compañeros de Irfan y numerosos miembros de la comunidad cristiana de Umerkot tomaron el cuerpo y organizaron una protesta contra el gobierno local y contra el hospital. El padre de la victima, Nazeer Masih, ha presentado una denuncia a la policía contra seis empleados del hospital, tres de ellos médicos. La policía ha dispuesto la detención del doctor Jaam Kunbhar. El director general del Departamento para la salud Akhlaq Khan ha visitado el hospital diciendo que, según los registros y las declaraciones, la muerte de Irfan no se debe a una negligencia del médico.
Nasir Saeed director de la Ong CLAAS (Centre for Legal Aid, Assistance and Settlement), que proporciona asistencia legal a los cristianos paquistaníes, comenta a la Agencia Fides: “Es un episodio triste y significativo: una vida podría haberse salvado si se hubiese proporcionado ayuda médica con prontitud. No es la primera vez que un trabajador del servicio de red de alcantarillado muere haciendo su deber. El gobierno debería proporcionar equipo de seguridad adecuado a sus trabajadores, pero dado que estos puestos de trabajo están ocupados solamente por cristianos nadie se preocupa por ellos”.
Incluso la Fundación“Cecil e Iris Chaudhry” (CICF) ha expresado su consternación por el trágico episodio. Michelle Chaudhry, presidente de la Fundación, dice a la Agencia Fides: “Una sociedad se vuelve extremadamente peligrosa cuando se convierte en inhumana. Una vida inocente se ha perdido porque alguien se ha negado a cumplir con su deber, a nivel deontológico y de servicio público. El médico ha violado el juramento hipocrático que le obliga a tratar a un paciente en en toda circunstancia, más allá de la religión y clase social”.
La Fundación pide justicia, y ha escrito al primer ministro de la provincia, al Ministerio de Salud provincial y a todas las autoridades competentes para garantizar la puesta en marcha de una investigación imparcial. (PA) (Agencia Fides 5/6/2017)