Aleppo (Agencia Fides) - En los últimos días, el ruido de las armas que se oían incluso desde el centro de Aleppo parece haber disminuido. Y en la aparente fase de estancamiento se registran con más claridad los efectos devastadores del conflicto en la vida ordinaria, de la que fue una de las ciudad más prósperas y cosmopolitas de Oriente Medio. “Aquí ahora todo está envuelto por una sensación de ruina y decadencia” dice a Fides Su Exc. Mons. Antoine Audo, Obispo caldeo de la metrópolis.
Como director de Cáritas de Siria, Mons. Audo se mide todos los días con las consecuencias a largo plazo del conflicto en la vida cotidiana. Explica a Fides: “En Alepo, hay cientos de miles de refugiados internos, hacinados en las escuelas y los campamentos improvisados, como los más de 5 mil que duermen al aire libre en los jardines del campus universitario. Pero la gente no trabaja, y todos se han convertido en pobres. Incluso aquellos que todavía viven en sus hogares. Las zonas industriales de los suburbios han sido bombardeadas y saqueadas. Desde hace semanas, la basura no se recoge, y en las calles, el aire se hace irrespirable”.
Los cinco centros de Caritas de la ciudad ayudan directamente a 2.400 familias, con la distribución de medicinas, ropa y alimentos. En los últimos días, los sacerdotes y voluntarios que trabajan juntos en la red de Caritas se han reunido con Mons. Audo para estudiar los programas en viat del invierno. En la que en 2006 fue galardonada con el título de “Capital Cultural del Mundo Islámico”, el conflicto ha abierto las puertas a los fantasmas del frío, del hambre y de las enfermedades. (GV) (Agencia Fides 26/11/2012).