ASIA/MYANMAR - El gobierno paraliza el trabajo de la presa del Irrawaddy: la sociedad civil lo celebra, los obispos satisfechos

viernes, 30 septiembre 2011

Yangon (Agencia Fides) - En una decisión sin precedentes que sorprendió a los observadores, el gobierno de Myanmar ha anunciado que se paralizan los trabajos de la presa Myitsone en el río Irrawaddy, en el norte del país. El Presidente, Thein Sein, lo comunicó al Parlamento después de más de una semana de reuniones, actos públicos, e iniciativas de la sociedad civil birmana, a las que han participado activistas, ecologistas, periodistas, defensores de los derechos humanos, estudiantes, pescadores y agricultores, incluyendo al líder democrático y Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi (ver Fides 28/9/2011). A la campaña llamada "Salvar el Irrawaddy" se habían unido los monjes budistas e incluso los obispos cristianos. En los últimos días, la Conferencia Episcopal Católica y el "Consejo de Iglesias de Myanmar", que reúne a los obispos protestantes, habían escrito una carta pidiendo al gobierno "escuchar las voces y preocupaciones de la población". La presa, que debía proporcionar la energía hidroeléctrica a China, habría afectado a la seguridad alimentaria y generado pobreza a miles de ciudadanos birmanos. El proyecto también representa el "casus belli" para el desarrollo de la población de los Kachin, minoría étnica que vive en el norte de Myanmar. La posterior represión del ejército regular en los últimos dos meses ha producido que más de 20 mil personas hayan tenido que desplazarse y ha causado un gran sufrimiento entre la población civil de Kachin (ver Fides 16/7/011).
Monseñor Raymond Saw Po Ray, Obispo de Mawlamyine y Presidente de la Comisión "Justicia y Paz" de los obispos de Birmania, acogió con beneplácito la decisión del Gobierno y dijo a Fides: "Es una señal muy positiva para la nación. El gobierno ha dicho que quiere escuchar la voluntad del pueblo. Como obispos, y como cristianos hemos informado al gobierno de las consecuencias del proyecto de la presa y estamos satisfechos. Ahora fluye el entusiasmo en la sociedad civil. Pero tenemos que esperar y ver si el gobierno seguirá escuchando a la gente. Estamos muy contentos, pero también somos cauteloso sobre el futuro".
El siguiente paso, remarca el obispo, "es el fin del conflicto con las minorías étnicas. Los grupos por los derechos humanos han estado pidiéndolo hace tiempo. Esperamos que el conflicto y la violencia cesen, pero sabemos que será difícil, debido al deseo de algunos líderes militares beligerantes y de los intereses de China ".
"Como cristianos - concluye el prelado - seguiremos esforzándonos para sensibilizar y trabajar, en nuestro pequeño país, por la paz. El próximo 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís, rezaremos en un día especial para la paz y la unidad del país. Continuamos el trabajo del diálogo interreligioso con los líderes budistas. Un monje budista birmano ha sido invitado y estará presente en Asís el 27 de octubre, en la celebración del 25 aniversario del Día de la Oración por la Paz con los líderes de las religiones del mundo. Estamos seguros de que estos esfuerzos darán sus frutos". (PA) (Agencia Fides 30/09/2011)


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