ASIA/MYANMAR - Guerra a los Kachin "las grandes potencias cierran los ojos, por intereses económicos"

sábado, 16 julio 2011

Myitkyina (Agencia Fides) - "La guerra civil continúa en el norte de Myanmar, ante la indiferencia de la comunidad internacional. El pueblo de Kachin sufre mucho y vive una gran sensación de abandono": lo denuncia una fuente de Fides en Mynamr que pidió el anonimato por razones de seguridad, hablando del conflicto violento en el estado de Kachin, entre el ejército birmano y la guerrilla del Ejército independiente de Kachin, en "una guerra desequilibrada entre grupos rebeldes dispersos en la selva y un ejército bien organizado y equipado".
La fuente de Fides dijo: "La situación se vuelve más grave. Los refugiados son más de 20 mil. Los soldados birmanos no hacen nada para proteger a los civiles que huyen aterrorizados. A todas las ONG extranjeras se les niega el acceso a la zona y sólo Cáritas local consigue ayudarlos: en el campo de refugiados San José, creado por Cáritas de Myitkyina, hay más de 500 personas desplazadas que necesitan de todo. Pero la mayoría de los refugiados, que son en su mayoría cristianos, huyen a la selva, donde se lucha por sobrevivir y se muere de hambre. Algunos huyen a Tailandia o la India, donde encuentran un poco de ayuda, o cruzan la frontera con China, donde, sin embargo, encuentran un ambiente hostil y son mandados fuera por la propia población".
Sobre el conflicto hay silencio e indiferencia: "Las grandes potencias limítrofes como China e India tienen fuertes lazos económicos y fuertes intereses comerciales con Birmana - dice la fuente – asi que cierran los ojos. China y Rusia son los mayores proveedores de armas del ejercito de Birmania. La ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) es inútil en este caso, e incluso la ONU, después de los mensajes y las visitas de los observadores, tiene las armas comprobadas pero es totalmente ineficaz".
De acuerdo con la fuente de Fides, "la guerra sólo se detendrá si el gobierno de Myanmar reconocerá, al menos en parte, los derechos y la dignidad de las personas de Kachin, de lo contrario, seguirá adelante con graves sufrimientos para los civiles". "En Myanmar, todas las minorías étnicas sufren una dura represión. Y la líder democracia Aun San Su Kyi no puede hacer mucho: acaba de salir del arresto domiciliario y no puede exponerse demasiado en el plano político. Habla de reconciliación nacional, pero el gobierno parece sordo". En esta dramática situación, concluye, "los obispos, sacerdotes y religiosas alientan a los fieles a rezar por ellos, pero al pueblo está sometido a una dura prueba". (PA) (Agencia Fides 16/07/2011)


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