AFRICA - Los ecos de la revuelta de Túnez se hacen sentir en el África subsahariana

jueves, 20 enero 2011

Roma (Agencia Fides) - El eco del levantamiento popular que ha obligado a huir al presidente de Túnez, Zine al-Abidine Ben Ali, se deja sentir no sólo en el mundo norteafricano y de Oriente Medio, sino también en el África subsahariana. Los comentarios de los periódicos locales afirman que en algunos países africanos existe una situación similar a la de Túnez: la presencia de un gran número de jóvenes instruidos sin empleo. Este ha sido uno de los factores determinantes de la protesta de Túnez y un elemento de preocupación para muchos gobiernos, no sólo de Oriente Medio.
La Agencia católica congoleña DIA, en un artículo titulado "La bomba de Túnez, un riesgo en Kinshasa", afirma: "el florecimiento de muchas universidades e institutos superiores en la República Democrática del Congo hasta las aldeas remotas del interior del país, producen cada año, miles de licenciados sin perspectivas de empleo. Algunos jóvenes diplomados afirman que menos de un cuarto consigue un empleo vinculado con sus estudios superiores. Ante esta situación, el gobierno congoleño no tiene una política nacional del trabajo”. Sin embargo, el artículo agrega que la economía informal, vinculada a las redes familiares y tribales, permite a los jóvenes encontrar un trabajo temporal en espera de algo mejor.
El periódico ugandés The Monitor en un artículo del 19 de enero hace un paralelismo entre la situación de Túnez y la de Uganda. Según los datos presentados en el artículo, casi el 50% de los tunecinos con edades comprendidas entre 20 y 45 años posee una educación universitaria, y Túnez tiene una de las mayores tasas africanas de matriculación escolástica (92%). Pero el 46% de los jóvenes graduados de Túnez no encuentra trabajo 18 meses después de terminar los estudios y el porcentaje de desempleo en el grupo de edad de 20-30 años es del 30%
En Uganda, según The Monitor, que cita un informe del Banco Mundial del 2008, la tasa de desempleo entre los jóvenes de los 15 a los 24 años es del 83%, una de las más altas del mundo. Una situación, dice el periódico, que no ha cambiado en los últimos dos años. En Uganda, como en Túnez, en los últimos 20 años el gobierno ha aumentado el nivel de escolarización y ha creado institutos de educación superior. Pero no ha hecho esfuerzos para reducir la corrupción y el nivel de desempleo. Por lo que se ha creado una generación de jóvenes, mucho más formada que sus padres, que es poco probable que tolere esta situación por mucho tiempo, a no ser que ocurra cambio decisivo en las políticas económicas y sociales (L.M.) (Agencia Fides 20/1/2011)


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