Ashgabat (Agencia Fides) – “Estamos reconocidos oficialmente como ‘Iglesia Católica en Turkmenistán’. Es una gran alegría y una gran esperanza”: es lo que ha comunicado a la Agencia Fides p. Andrzej Madej, Superior de la Missio sui iuris de Turkmenistán. Para la pequeña comunidad católica del estado de Asia Central (100 católicos) es “un paso decisivo en la historia de la Iglesia en el país”. El Superior ha recibido una comunicación el pasado marzo d el Ministerio de Justicia de Turkmenistán, así como del “Consejo de las Religiones”, organismo gubernamental existente en la República. De ahora en adelante la Iglesia está autorizada a tener una “presencia pública” oficial, con todos los beneficios que ello implica, tanto a nivel jurídico como pastoral.
En los próximos días, a partir del 17 de julio, será el Nuncio Apostólico en Turquía y Turkmenistán, Su Exc. Mons. Antonio Lucibello quien visitará el país para reunirse con los representantes del Ministerio de Asuntos Exteriores y el Ministerio de Justicia, ratificando los progresos realizados y expresando la satisfacción de la Santa Sede.
El Nuncio también presidirá una ceremonia de bienvenida a Fr. Tomasz Kostinski, OMI, misionero que parte para Irlanda, y que será sustituido en la Missio Sui iurs por otro joven misionero español de los Oblatos de María Inmaculada. Además, de Polonia también se une a la comunidad el diacono P. Rafhael, que el año que viene se convertirá en sacerdote.
En la antigua república soviética del Asia Central, que cuenta con 5 millones de habitantes, el 90% musulmanes, viven 100 católicos bautizados, unos 30 catecúmenos y un grupo de “simpatizantes de la fe cristiana”.
Turkmenistán, al igual que otros países de Asia Central, es una tierra de “primera evangelización”: en el país no hay iglesias católicas, fueron destruidas por los revolucionarios soviéticos a partir del 1920. Las comunidades religiosas permitidas hasta ahora eran la islámica sunita y la Iglesia Ortodoxa Rusa.
Hace casi 13 años la Iglesia Católica había presentado solicitud de registración oficial. El Ministerio de Justicia, hasta ahora, había argumentado que a la cabeza de la comunidad religiosa debía estar un ciudadano de Turkmenistán. Este obstáculo ha sido e superado. “Hoy pensamos pedir al gobierno la construcción de la primera iglesia Católica en nuestra misión. Hasta ahora hemos construido la iglesia de “piedras vivas”, ahora también queremos construir un templo”, comenta P. Andrej. La comunidad cristiana pide recuperar la única iglesia Armenia que ha sobrevivido a la época soviética, que se encuentra en Turkmenbashy, al oeste del país, en un estado de casi completa decadencia, y otra iglesia ubicada en Serdar, convertida ahora en un bar.
Los católicos turkmenos son en su mayoría de étnica polaca y alemana. Los fieles católicos, hasta ahora, celebraban la Santa Misa en el territorio diplomático de la nunciatura de Ashgabat y se reunían en casas privadas.
Trabajan en el país, dos sacerdotes católicos y un diácono (Misioneros Oblatos de María Inmaculada, como el p. Madej) y no hay ninguna religiosa. La esperanza, de ahora en adelante, vuelve a florecer. (PA) (Agencia Fides 15/7/2010)