ASIA/INDONESIA - Gobierno débil, espacio para grupos radicales islámicos

jueves, 1 julio 2010

Yakarta (Agencia Fides) – “Los radicales del FPI (“Front Pembela Islam”, Frente Islámico de Defensa), se están aprovechando de la debilidad del gobierno central, sacudido por escándalos de corrupción y mal gobierno, que tocan a la cumbre política, militar y financiera. Por eso los militantes islamistas han levantado la cabeza y encontrado un espacio. El propio gobierno les teme y se deja condicionar: los radicales cuentan también con apoyos del mundo político”: dice a la Agencia Fides p. Emmanuel Harjito, sacerdote de la Diócesis de Yakarta y Director de las Obras Misionales Pontificias en Indonesia, al comentar las últimas novedades de la “campaña islámica contra la cristianización del país”, puesta en marcha en Bekasi (ciudad cercana a Yakarta) por varios grupos islámicos radicales, encabezados por el FPI (ver Fides 30/6/2010). P. Emmanuel explica: “Son militantes frecuentemente violentos, que fomentan abiertamente la hostilidad contra todos los cristianos. Pedimos al gobierno que los detenga y asegure la libertad de religión y de fe a todas las comunidades religiosas. Es una cuestión de justicia y de respeto de los derechos fundamentales”.
La alarma por la campaña de los grupos islamistas ha llegado al “Centro de crisis” de la Conferencia Episcopal. P. Ignacio Ismartono SJ, director del Centro, explica a la Agencia Fides: “La línea de la Iglesia es la siguiente: no reaccionar a las provocaciones de los radicales sólo, sino buscar siempre la comunión ecuménica y la plena armonía y cooperación de otros lideres religiosos, a partir de los musulmanes. Además, tratamos de actuar siempre en colaboración con todos los organismos de la sociedad civil, con las organizaciones para la protección de los derechos humanos y con los partidos políticos que defienden la democracia. Todo el mundo, en este momento, están condenando la posición sectaria del FPI, renovando el supuesto de que la sociedad indonesa está basada en el lema ‘unidad en la diversidad’, exprimiendo fidelidad a los cinco principios del Pancasila que son la base de la convivencia civil”.
“Cabe destacar - continúa el p. Ismartono - que en la raíz del asunto, me parece que hay un problema que afecta a la relación entre grupos islámicos y grupos cristianos protestantes, dentro de sus respectivas esferas de acción y de influencia. Además en la base está la cuestión de las relaciones humanas y de respeto por los demás”. “Cada comunidad religiosa - subraya a Fides el jesuita - no debería propagar su fe de forma fanática: esta tendencia lo único que consigue es crear una reacción de fanatismo en otras comunidades. Es un círculo vicioso del que hay que salir. Hoy lo importante es dejar enfriar las tensiones y esperar que, gracias al sentido común, todo regrese al camino de la convivencia pacífica”.
Mientras tanto, crece la oposición de sociedad indonesa al FPI: además de varias organizaciones cívicas, una coalición formada por miembros de diferentes partidos presentes en la Cámara de los Representantes ha pedido oficialmente al presidente Susilo Bambang Yudhoyono que detenga la acción del FPI y que lo declare “organización ilegal”. El FPI, subraya, está involucrado en demasiados incidentes violentos y existen pruebas contundentes para acusarlo. (PA) (Agencia Fides 1/7/2010)


Compartir: