ASIA/FILIPINAS - Corrupción y pobreza, los retos para el nuevo presidente

martes, 11 mayo 2010

Manila (Agencia Fides) - Los resultados de las elecciones de Filipinas - que serán oficiales el 12 de mayo - dan una clara ventaja al candidato Benigno Aquino Jr. que, con más del 40% del recuento de votos, se acerca a la Presidencia.
Aquino ha confirmado recientemente que la prioridad en su agenda política será la lucha contra la corrupción. “La corrupción es endémica en Filipinas, es un fenómeno que ha echado raíces desde la época de la dictadura de Ferdinando Marcos. En los últimos nueve años de gobierno de Gloria Arroyo, la población ha escuchado constantemente proclamas contra la corrupción, sólo para descubrir después, entre escándalos y denuncias que el problema ha aumentado. Esperamos que a partir de ahora, no se hable de lucha contra la corrupción sólo para hacer propaganda”, comenta a Fides el p. Ángel Calvo CMF, misionero claretiano español residente en Zamboanga, desde hace más de 30 años en Mindanao, comprometido en el desarrollo social y presidente del “Movimiento interreligioso por la paz”.
“Lo que el país necesita es un duro trabajo para crear una mentalidad diferente y una cultura anti-corrupción, hecha de transparencia, honestidad, ética de la responsabilidad y atención al bien común: en este sentido tendrán que trabajar y serán juzgados los nuevos administradores”, ha dicho el p. Calvo. “Otro punto clave es la lucha contra la pobreza: en un país donde un tercio de la población vive con menos de un dólar al día, hace falta crear empleo y ofrecer la oportunidad de crecimiento, de bienestar a millones de pobres y desesperados que esperan una respuesta del gobierno” continua el misionero.
Algunas “semillas de democracia” y “signos de mejora” se han visto, según el p. Calvo, también en estas elecciones: la violencia ha estado por debajo de los tristes estándares del pasado (aunque hay que recordar la masacre de Maguindanao en noviembre de 2009): “Ha habido algunas dificultades, irregularidades, el fenómeno evidente de la compra venta de votos, violencia y presiones; además de los vicios del sistema político, vinculado a la pertenencia a los clanes, son difíciles de erradicar. Pero, en general, el juicio sobre las elecciones es positivo, como han comentado los observadores”.
“Ciertamente los electores filipinos votan dejándose arrastrar por la emotividad: cuenta mucho la popularidad y el carácter carismático y simbólico de los personajes, mientras que se mantiene en segundo plano las agendas políticas de los candidatos. Esperamos que estas elecciones pueden abrir una nueva página en la historia del país y que los nuevos administradores pongan entre las prioridades la construcción de la paz en Mindanao”, concluye el misionero. (PA) (Agencia Fides 11/5/2010)


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