AMERICA/MÉXICO - “¡Somos Mexicanos y no ciudadanos del Vaticano! Los auténticos problemas son la pobreza, la violencia, el narcotráfico, y los vivimos junto al pueblo mexicano” afirman los Obispos

jueves, 15 abril 2010

Ciudad del México (Agencia Fides) – “¡Somos Mexicanos y no ciudadanos del Vaticano! ¡Somos tan mexicanos como el que más! Estamos encarnados en nuestras realidades nacionales, con sus luces y sombras, y comulgamos con los gozos y las esperanzas, los dolores y los sufrimientos del país. Nos preocupan sus problemas y tratamos de ofrecer nuestro aporte a su solución”. Así inicia el documento que los Obispos de México han enviado a la Agencia Fides justo al inicio de la LXXXIX Asamblea Plenaria (ver Fides 10/04/2010). Esta “aclaración”, come dice el mismo documento, se debe a que todavía hoy hay quien insiste en afirmar que los Obispos son ciudadanos del Vaticano, por este motivo el documento se titula: “Obispos en México, con México y por México”.
El documento firmado por Mons. Felipe Arizmendi Esquivel, Obispo de San Cristóbal de Las Casas, ilustra lo que se propone esta LXXXIX Asamblea Plenaria: “Estamos reunidos 110 obispos en asamblea ordinaria de nuestra Conferencia Episcopal, para revisar y aprobar los programas de trabajo de las ocho Comisiones Episcopales y de sus respectivas Dimensiones, cada cual con su propia identidad y misión.”
El punto de referencia es el documento publicado por los Obispos el pasado febrero, en el cual, los Prelados acordaron que hay diversos factores que contribuyen a la inseguridad y violencia, como la pobreza y la desigualdad, la insuficiencia de las reformas económicas, el desempleo y subempleo, la corrupción e impunidad, la delincuencia común, las deficiencias en la procuración de Justicia, las inequidades en el sistema penitenciario, la violencia institucionalizada, los excesos de las fuerzas de seguridad. “con la luz del Evangelio y de nuestra doctrina social, presentamos a Dios que es Creador y Padre de todos, que nos ama con amor misericordioso Con la fuerza del amor y en comunión con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, hemos de preocuparnos por el bien común universal” afirma el documento. “Por tanto insistimos en promover el desarrollo humano pleno, el respeto de los derechos y deberes humanos, la justicia y la solidaridad, la reconciliación social, como camino para construir la paz y la tranquilidad”. (CE) (Agencia Fides, 15/04/2010)


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