Mosul (Agencia Fides) – Miedo y shock hoy son los sentimientos dominantes entre los cristianos de Mosul, afirma a Fides un sacerdote Caldeo de la Iglesia local que pide el anonimato por motivos de seguridad.
La ferocidad y la frialdad de las “verdaderas y propias ejecuciones en frío” que ya han dado cuenta de la vida de cuatro cristianos en los últimos cuatro días parecen haber dejado una marca en la comunidad de los creyentes. “Es una especie de limpieza étnica la que se lleva a cabo día a día, en medio del silencio y la indiferencia general. Nos sentimos profundamente angustiados porque ni siquiera la policía o las autoridades hacen algo para parar la masacre”, afirma.
La gente está desesperada y muchas familias se sienten constreñidas a dejar Irak y emigrar con la esperanza de salvar a sus hijos: “Mosul se ha vuelto un cementerio para los cristianos, es terrible”, dice con amargura el sacerdote.
Los asesinos llegaron en pleno día: el 14 de febrero fue asesinado Rayan Salem Elias, de 43 años, comerciante caldeo. Al día siguiente mataron a Mounir Fatoukhi, también él comerciante de 40 años; fue detenido por unos desconocidos mientras manejaba su automóvil. El 16 de febrero dos primos cristianos asirios, Ziya toma de 21 años y Ramsen Shmael de 22, ambos estudiantes, fueron alcanzados en el centro de la ciudad por ráfagas de metralleta. El primero murió al instante, el segunde se encuentra gravemente herido y con pocas esperanzas de vida. El 17 de febrero Wissam George, cristiano de 20 años, fue golpeado a muerte en el barrio sur de la ciudad. “Es una estela de sangre que no conoce límites, y los asesinos actúan en la más completa impunidad. Somos víctimas indefensas: se lee el terror en los ojos de las familias cristianas que se preguntan: ¿quién será el próximo?”, comenta la fuente de Fides.
Según algunos analistas, la violencia está de alguna manera relacionada a las próximas elecciones políticas y al resurgimiento del extremismo, pero parece evidente que “algunos grupos pretenden diezmar a los cristianos en Mosul”, motivados por oscuros planes políticos.
Mons. Sleiman, Arzobispo de Bagdad de los Latinos, ha lanzado una señal de alerta pidiendo “romper el silencio en torno a los cristianos iraquíes”, al constatar “un nuevo éxodo de fieles del país, obligados a escapar del radicalismo campante”. A partir del 2008 los homicidios han sido al menos unos 40. En Mosul los fieles católicos caldeos son, según datos oficiales, más de 18 mil y los siro-católicos cerca de 40 mil. Pero en los últimos años al menos 12 mil fieles han dejado la ciudad y la presencia cristianas está disminuyendo. (PA) (Agencia Fides 19/2/2010; líneas 31, palabras 452)