Dar es Salaam (Agencia Fides) – Detenciones arbitrarias, desapariciones de opositores políticos y asesinatos perpetrados por misteriosos sicarios. No se trata de una dictadura al estilo sudamericano de los años 70, sino de la Tanzania actual, donde estos episodios inquietantes ocurren pese al aparente respeto por la democracia.
El caso más alarmante es el de Deusdedith Soka, joven miembro del partido opositor Chadema (Partido para la Democracia y el Progreso), secuestrado el 18 de agosto de 2024 en la zona de Buza junto con sus colegas Jacob Godwin Mlay y Frank Mbise. Desde entonces, no se tiene noticia alguna de los tres hombres.
Las sospechas recaen en las fuerzas de seguridad, ya que uno de los teléfonos móviles de Soka, confiscado por la policía en septiembre de 2023,y que no había vuelto a estar activo desde entonces, ha sido utilizado poco después de su desaparición para enviar un mensaje en el que supuestamente anunciaba su intención de abandonar el país debido a conflictos internos en su partido.
La desaparición de Soka estuvo precedida por la de Dioniz Kipanya, secretario conjunto de Chadema en el distrito de Sumbawanga, ocurrida el 26 de julio de 2024. Según la policía, Kipanya no fue llevado por personas vinculadas al ejército, como sostuvieron testigos, sino que salió voluntariamente de su hogar tras recibir una llamada telefónica, informando a sus familiares que tenía una cita.
En al menos un caso, la policía si que ha admitido su responsabilidad. Kombo Twaha Mbwana, jefe de Chadema en Handeni, desapareció el 15 de junio y, un mes después, las autoridades confirmaron su detención por publicar "material ofensivo" en las redes sociales.
En otro episodio, Edgar Mwakabela acusó directamente a la policía de ser responsable de su secuestro. Detenido ilegalmente el 23 de junio en Dar es Salaam, fue trasladado esposado y con los ojos vendados a varias comisarías, donde denunció haber sufrido torturas. Finalmente, el 27 de junio, fue abandonado con graves heridas de bala en el Parque Nacional de Katavi, donde sus captores lo creyeron muerto.
No tuvo la misma suerte Ali Kibao, miembro de la secretaría de Chadema, quién fue secuestrado el 6 de septiembre mientras viajaba en autobús de Dar es Salaam a Tanga. Al día siguiente, su cadáver fue hallado en las afueras de Dar es Salaam con señales de tortura y quemaduras de ácido en el rostro. Un caso más reciente, el 21 de octubre, ha visto a Aisha Machano, secretaria del ala femenina de Chadema, víctima de un secuestro en Kibiti, poco antes de las elecciones locales del 27 de noviembre. Fue encontrada con vida en un bosque cercano, pero presentaba marcas de haber sufrido golpes.
En las elecciones locales del 27 de noviembre, el gobernante Partido de la Revolución (CCM, por sus siglas en swahili) ha obtenido una victoria abrumadora, adjudicándose más del 99% de los escaños municipales y legislativos locales, según ha informado el viceministro de Administración Regional y Gobierno Local, Mohamed Mchengerwa. Desde la independencia en 1961, el CCM y su predecesor, la Unión Nacional Africana de Tanganica (TANU), han mantenido el poder en Tanzania.
Sin embargo, Chadema ha denunciado que la votación estuvo marcada por irregularidades, violencia y fraude electoral.
(L.M.) (Agencia Fides 2/12/2024)