Sarh (Agencia Fides) - «La escuela es un lugar de respeto mutuo y de capacidad de estar juntos». Estamos en Sarh, Chad, en el corazón de África, y el padre Jean Claude Kikondee, misionero salesiano de Camerún, nos cuenta el período que acaba de terminar con más de 600 chicos y adolescentes que se reunían cada día en la Casa Don Bosco.
En este lugar, los misioneros se encuentran especialmente a gusto en un contexto donde prima la escolarización, hasta el punto de que también se ha abierto un campus universitario. «Tenemos una parroquia, un centro juvenil muy fuerte, oratorio, guardería, escuela primaria y secundaria», se lee en una nota recibida en la Agencia Fides. El oratorio está abierto todo el año. Hay 25 animadores que garantizan una asistencia constante, en verano son unos sesenta.
«Aquí en el sur no es como en el norte: convivimos cristianos y musulmanes, hay tolerancia. Todo lo que hacemos va encaminado a superar las distinciones que generan violencia. Los musulmanes también aceptan la misión salesiana, saben que a nivel educativo somos buenos», subraya el padre Jean Claude.
«La gran mayoría es de fe islámica, y a ella pertenece el poder económico y militar. Se da el fenómeno de las incursiones de gentes del norte que vienen a robar la producción agrícola del sur. Vienen con sus rebaños en busca de pastos, pero también se apropian de los alimentos: si los campesinos se niegan, llegan incluso a amenazarlos y matarlos. Este conflicto se entrelaza con diferencias religiosas; muchos cristianos han emigrado a Chad desde otras regiones vecinas. Son perseguidos, obligados por las poblaciones islámicas del norte a abandonar el territorio, a trasladarse a Camerún y Burkina Faso en busca de libertad».
«Los salesianos llegaron a Sarh en 1995, los fundadores eran italianos, el padre Francesco Cremon y el padre Pietro Bano», recuerda el misionero «muy buenos organizando actividades en oratorio». La primera misión estuvo en Sarh, una ciudad situada en la esquina del territorio que limita con Camerún y la República Centroafricana. Posteriormente, se abrió una nueva obra en la capital, Yamena, y en 2013 en Doba.
Chad es un país mitad desierto, mitad verde en el norte. En Doba, el efecto de la guerra ruso-ucraniana se deja sentir con tanta fuerza que en 2022 se creó una crisis humanitaria. Pasada la emergencia, los salesianos han vuelto a la normalidad de su compromiso, destinado desde los primeros años a garantizar la educación y la alimentación de los más pequeños.
(AP) (Agencia Fides 2/10/2024)