ASIA/EMIRATOS ÁRABES - El obispo Martinelli clausura el Jubileo de los Mártires de Arabia: son nuestras raíces

lunes, 23 septiembre 2024 iglesias locales   mártires   santos  

AVOSA

Abu Dhabi (Agencia Fides) - El Jubileo dedicado a Santa Areta y Compañeros Mártires de Arabia ha sido también una preciosa ocasión para redescubrir la larga historia del cristianismo en Arabia, una historia «enraizada en el testimonio apostólico e irrigada por la sangre de los mártires». Una fuente de la que también puede nutrirse la numerosa y vital comunidad de millones de católicos esparcidos por los diversos países de la península arábiga. Así lo ha subrayado, mirando al presente y al futuro, el obispo Paolo Martinelli ofm.Cap, Vicario Apostólico de Arabia del Sur, celebrando ayer, domingo 22 de septiembre, la liturgia de clausura del Año Jubilar en los territorios del Vicariato. A la misa solemne celebrada en Abu Dhabi, en la catedral de San José, con el cierre de la Puerta Santa, han asistido más de 3.000 católicos.

El Jubileo, que comenzó el 23 de octubre de 2023 (véase Fides 20 y 24/10/2023), se ha vivido conjuntamente entre el Vicariato Apostólico de Arabia del Sur (que incluye los Emiratos Árabes Unidos, Yemen y Omán) y el Vicariato Apostólico de Arabia del Norte (guiado por el obispo Aldo Berardi O.S.T. y que incluye Barhain, Qatar, Kuwait y Arabia Saudita). La ceremonia de clausura del Jubileo en el Vicariato de Arabia del Sur se ha anticipado porque el obispo Martinelli estará ocupado en Roma en octubre para la Asamblea del Sínodo de los Obispos. En el Vicariato Apostólico de Arabia del Norte, la ceremonia de clausura similar está prevista para el 23 de octubre.

La comunión vivida entre las comunidades católicas de la Península Arábiga a través de la experiencia del camino jubilar -ha señalado el obispo Martinelli en su homilía- «es una de las razones por las que estos santos son tan importantes para nosotros. Venimos de países muy distintos, tenemos ritos litúrgicos y tradiciones espirituales diferentes. Cada uno siente devoción por los santos de su propia cultura y podemos añorarlos aquí. Pero santa Areta y sus compañeros son santos de esta tierra de Arabia en la que vivimos ahora. Así que son nuestros santos, a los que podemos celebrar todos juntos como Iglesia, la Iglesia de Arabia».
«Al venir a este país como emigrantes», ha recalcado el Vicario Apostólico, «nos convertimos en parte integrante de la historia de esta Iglesia de Arabia, enraizada en el testimonio apostólico y regada con la sangre de los mártires».

San Areta y sus compañeros, venerados en todas las iglesias católicas y ortodoxas, eran cristianos árabes de la antigua ciudad de Najran (en la actual Arabia Saudí) que fueron martirizados en el año 523 d.C.
Areta, cuyo nombre árabe era Al-Harith bin Ka'b, nació en el año 427 d.C. y fue gobernador de la ciudad predominantemente cristiana hasta su martirio a la venerable edad de noventa y cinco años.
En el siglo VI, el rey de Himyar (en el actual Yemen), Dhu Nuwas, inició una persecución sistemática de los cristianos en el sur de Arabia, quemando iglesias, obligando a la gente a convertirse y dando muerte a quienes se negaban a renegar de su fe en Cristo. Sacerdotes, diáconos, religiosas y familias enteras -hombres, mujeres y niños- fueron quemados vivos.
Según la tradición, las reliquias de San Areta y sus compañeros mártires de Najran fueron depositadas en un santuario de forma cúbica que se convirtió en un popular centro de peregrinación para los cristianos árabes durante la antigüedad tardía. El santuario fue destruido en el siglo VII, cuando los cristianos fueron expulsados del sur de Arabia.

Las reliquias de San Areta acabaron llegando al Monte Athos, en Grecia. Su regreso a la Península Arábiga después de casi catorce siglos se ha vivido como una bendición extraordinaria para las actuales comunidades cristianas del Golfo.

El Papa Francisco promulgó el 29 de agosto de 2023 el Decreto de Indulgencia para el Jubileo de San Areta y Compañeros en la Península Arábiga. El Decreto concedía la indulgencia plenaria a los fieles que en cualquier momento realizaran una peregrinación a la Catedral de Nuestra Señora de Arabia en Awali, Bahrein, a la Catedral de San José en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, o a la Parroquia de San Areta.

Con motivo del final del Jubileo, el obispo Martinelli ha escrito también la Carta Pastoral «Alegría y Jubileo», que fue publicada ayer, domingo 22 de septiembre. En la Carta, el Vicario Apostólico de Arabia del Sur, repasa el Año Jubilar de San Areta, describiendo los frutos espirituales que ha aportado al Vicariato, e invita a la oración siguiendo el llamamiento del Papa Francisco para el Jubileo 2025.

En la Carta, el obispo anuncia que la fiesta de San Areta se celebrará a partir de ahora todos los años el 24 de octubre, para pedir que la memoria de los mártires árabes siga inspirando y acompañando el camino de las comunidades católicas que están presentes de manera vital en la Península Arábiga. «Ellos son una raíz profunda del árbol en el que hoy nos encontramos. Estamos llamados a habitar esta tierra con fe». Después de celebrar durante todo un año a los santos mártires de Arabia, ahora es «más fácil reconocer que ser cristianos en el Golfo significa pertenecer a esta Iglesia del Golfo. No somos sólo fieles de distintas Iglesias: aquí formamos todos juntos la Iglesia católica de Arabia», escribe el obispo.

Con la mirada puesta en el próximo Jubileo 2025, el Obispo invita a todos «a preparar bien el Año Santo 2025 entrando en el espíritu de la oración», y vuelve a proponer los gestos y las prácticas que en la vida espiritual del pueblo de Dios mantienen unidos la oración, los Sacramentos y la lectura de la Palabra. Una síntesis en la que se refiere al Padre Nuestro, a la Liturgia de las Horas, a la oración personal, al Rosario y a la Adoración Eucarística. La oración -subraya Mons. Martinelli- es la exigencia de mantener encendido el deseo de Dios en la vida cotidiana: «Tu deseo es tu oración», dice San Agustín, que es citado en la Carta Pastoral del Vicario Apostólico de Arabia del Sur.

Mientras la comunidad católica del Golfo pasa de un Jubileo a otro, la carta del Arzobispo Paul recuerda con gratitud los dones recibidos y compartidos durante el Jubileo de los Mártires Árabes, y al mismo tiempo sugiere el camino a seguir.

El Jubileo ha reunido a toda la Iglesia de la Península Arábiga en su antiguo manantial. «Individuos, familias, grupos, jóvenes, asociaciones y movimientos, niños y ancianos: todos han venido a celebrar la victoria de estos santos mártires de Arabia con su peregrinación a la Puerta Santa»- Durante el año del Jubileo, todas las parroquias de los Emiratos Árabes Unidos y del Sultanato de Omán han tenido la oportunidad de acoger las reliquias de San Areta. Muchos han reconocido que sólo gracias al Jubileo han conocido a los Santos Mártires de Arabia. «Cada día», recordaba una mujer entre los testimonios recogidos y difundidos por el Vicariato Apostólico «el sacerdote compartía las agonías sufridas por san Areta y sus compañeros, y contaba cómo su sufrimiento se transformó en una hermosa corona para nuestro Señor Jesucristo. Esto me conmovió profundamente, porque me di cuenta de lo fácilmente que nos preocupamos y nos perdemos por pequeñeces».
(GV) (Agencia Fides 23/9/2024).


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