ASIA/CHINA - Las comunidades católicas chinas atienden a las «novias de lejos», mujeres heridas por la vida

viernes, 19 julio 2024 iglesias locales   mujeres   trata de seres humanos   evangelización   caridad   obras de misericordia  

Per Marta Zhao

Shijiazhuang (Agencia Fides) - Las llaman «las novias de lejos». En su mayoría pertenecen a grupos étnicos minoritarios y a menudo viven en condiciones de extrema pobreza. Sufren abusos y formas de violencia doméstica y social. A veces pueden llegar a considerarse víctimas de la trata de seres humanos, una lacra que hay que combatir y que afecta a millones de personas en todo el mundo, como recuerda el Día Mundial de la ONU dedicado a ellas el 30 de julio de cada año.

El fenómeno de las «novias de lejos» está muy extendido en las zonas menos desarrolladas y más aisladas de China continental.

Son mujeres vulnerables y desamparadas, marginadas y a menudo maltratadas y olvidadas por la misma familia a la que pasaron a formar parte a través del matrimonio. Y muchas han encontrado una vía de esperanza y sanación en su encuentro con las comunidades católicas chinas que se ocupan de ellas.

La profesora Kang Zhijie, investigadora del Instituto de Macao de la Universidad de Jinan, es autora de un informe titulado «Estudio sobre la atención católica a las novias de lejos». El estudio documenta cómo ciertos fenómenos y aspectos de la sociedad y la mentalidad chinas -el desequilibrio numérico entre los sexos, la preferencia por los hijos varones sobre las hijas y el concepto de continuidad del linaje- llevan a algunos hombres de zonas remotas y menos desarrolladas a intentar casarse con mujeres de otras regiones. En algunos casos, las «novias de lejos», que sus futuros cónyuges no conocen directamente, se convierten en objeto de una auténtica compraventa gestionada por su clan familiar.

Para muchas comunidades católicas, especialmente en las zonas rurales, la realidad de las «novias de lejos» se ha convertido en una nueva frontera donde dar testimonio de la liberación proclamada por el Evangelio. Su condición de mujeres frágiles y maltratadas representa una de las «periferias existenciales» a menudo recordadas por el Papa Francisco como lugares donde es necesario llevar el anuncio del Evangelio con más solicitud y manifestar el poder sanador de la gracia de Cristo en obras de caridad y misericordia, también en una sociedad secularizada.

La investigación realizada por la profesora Kang atestigua que, desde la apertura de China en los años 80, la Iglesia católica de la República Popular China ha realizado una gran labor de asistencia a las víctimas de la lepra, los enfermos de sida, los niños huérfanos y los hijos de familias desfavorecidas. A estos grupos de personas frágiles se suman también las «novias de lejos». Algunas de ellas, tras recibir el bautismo, están dando un testimonio sorprendente e impresionante del impacto de la fe en sus vidas. Un testimonio que conmueve y reconforta a la Iglesia local, desatando una gratitud que da energía y aliento a las obras de caridad.

En algunas parroquias han surgido grupos de atención pastoral dedicados a las «novias de lejos», como el «Grupo Bíblico Sara», que lleva el nombre de la esposa de Abraham. El sacerdote que eligió este nombre ha explicado a la investigadora las razones de su elección: «Sara sufrió muchas humillaciones y ofensas, pero al final fue bendecida. Como Sara, también las novias lejanas pueden convertirse en personas abrazadas y sanadas por la gracia. La intención es muy sencilla: siguiendo el ejemplo de Sara, pueden empezar a vivir una vida plena, iluminada por la luz de Dios».

Las comunidades organizan cursos de catequesis y encuentros de lectura de la Biblia, ayudándolas a integrarse en el contexto local, teniendo en cuenta sus necesidades y condiciones (nivel cultural, tiempo disponible, situación familiar). Algunas de ellas también han podido liberarse de las asperezas de carácter y de las cerrazones provocadas por el sufrimiento padecido, llegando incluso a encontrar la armonía con sus maridos. También se han podido vivir momentos de convivencia en los que las «novias de lejos» han preparado platos típicos de su región de origen, y así han podido sentirse envueltas en un ambiente familiar y fraternal. Algunas de ellas han pasado a formar parte del equipo motor de todo el grupo, trabajando también como catequistas, para «llevar a los demás el amor de Jesús, según la enseñanza del Evangelio».
(Agencia Fides 19/7/2024)


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