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Seúl (Agencia Fides) - El 25 de junio es la Jornada de Oración por la Reconciliación y la Unidad Nacional que la Iglesia coreana celebra desde 1965. Es un momento especial en el que toda la comunidad católica coreana se dirige fervientemente al Altísimo, invocando una auténtica paz entre Corea del Norte y Corea del Sur, y rezando por la reconciliación y la unidad nacional. Este día es especialmente significativo y oportuno, dado que las relaciones entre Corea del Norte y Corea del Sur siguen estando tan alejadas de la paz y la reconciliación como siempre. Todos los canales de diálogo están cerrados y el acuerdo militar del 19 de septiembre de 2018, diseñado para evitar enfrentamientos accidentales, ha sido parcialmente suspendido por el gobierno de Seúl. Este pacto tenía como objetivo reducir las tensiones a lo largo de la frontera intercoreana mediante la retirada de minas antipersona, puestos de guardia, armas y personal de ambos lados de la frontera, así como la creación de zonas de amortiguación militar conjunta. Corea del Norte, según el gobierno de Seúl, sigue realizando pruebas de misiles y ejercicios militares, y ha declarado que considera las relaciones intercoreanas como las de "dos países hostiles y beligerantes", recordando que la Guerra de Corea (1950-1953) terminó con un armisticio, no con un tratado de paz.
Los recientes "incidentes" fronterizos han ocupado un lugar destacado en los medios de comunicación internacionales. Corea del Sur declaró que soldados norcoreanos cruzaron, aunque accidentalmente, la frontera mientras construían fortificaciones en la "zona desmilitarizada", la franja de terreno fuertemente fortificada que separa el Norte del Sur. Este fue el segundo incidente de cruce en dos semanas. El ejército surcoreano respondió con disparos de advertencia a través de megafonía. Se informa que Corea del Norte ha enviado un gran número de tropas a la "zona desmilitarizada" para impedir la construcción de nuevas fortificaciones o la colocación de minas terrestres.
Las tensiones entre Corea del Norte y Corea del Sur han tomado un giro inusual, desarrollándose en una especie de "guerra psicológica". Fotografías difundidas por los medios de comunicación muestran globos lanzados desde Pyongyang, que al aterrizar liberan una mezcla de basura y estiércol. Las autoridades surcoreanas han emitido advertencias a los residentes de las zonas fronterizas, instándolos a evitar el contacto con estos objetos. Estos lanzamientos no solo son una falta de decoro, sino también un claro desprecio por las normas internacionales, señalaron las autoridades surcoreanas, calificando tales actos de "inhumanos y vulgares". Corea del Norte informó que estas acciones son una respuesta directa a los panfletos antinorcoreanos lanzados a través de la frontera desde Corea del Sur. Estos panfletos, junto con los mensajes transmitidos a través de altavoces, critican al régimen norcoreano y fomentan la disidencia entre los ciudadanos del Norte. En este contexto, el gobierno surcoreano subraya su poder militar, evocando una "Guerra Fría" de bandos enfrentados: por un lado, Corea del Norte, China y Rusia; por el otro, Corea del Sur, Estados Unidos y Japón.
"¿Qué podemos hacer ahora que las relaciones intercoreanas están al borde del colapso?", se pregunta con amargura y tristeza el obispo Simon Kim Jong-gang, presidente del Comité de Reconciliación Nacional de la Conferencia Episcopal Coreana. "Lo que podemos hacer es nuestra propia conversión", insiste. Se trata de "reflexionar sobre si realmente hemos tratado a nuestros hermanos de Corea del Norte como 'compatriotas' durante estos años de división. Debemos comenzar nuestro nuevo camino con un corazón humilde y un espíritu de sincera conversión. Porque la verdadera unidad puede lograrse cuando nos esforzamos por cambiar nosotros mismos, con un corazón acogedor y comprensivo hacia los demás".
Con este propósito, los fieles de Corea del Sur han dado inicio a una novena especial en preparación para la Jornada de Oración por la Reconciliación y la Unidad Nacionales, que también incluirá la celebración de dos simposios. La novena de oración, que comenzó el 17 de junio, se extenderá hasta el 25 de junio en todas las parroquias del país. Cada comunidad rezará la misma "Oración por la reconciliación y la unidad nacional", proporcionada por la Conferencia Episcopal, antes y después de cada misa.
Mañana, 20 de junio, se llevará a cabo un simposio en el Auditorio del complejo de la Catedral de Seúl, abordando el tema "La Iglesia católica y la educación para la paz". La profesora Julia Kim Nam-hee, de la Universidad Católica de Corea, abordará el tema "La educación del ciudadano católico y la paz", mientras que la investigadora Beatrice Seo-jeong Son disertará sobre "Los jóvenes y la educación para la paz". Además, se llevará a cabo otra conferencia titulada "El camino de los creyentes hacia la paz en la península coreana", organizada por la archidiócesis de Seúl, el 25 de junio. Esta conferencia tiene como objetivo ser una manifestación de la voluntad de los católicos laicos de liderar la mejora de las relaciones intercoreanas.
El obispo Simon Kim Joo-young ha expresado su preocupación diciendo: "Estoy consternado al ver cómo se desvanece la esperanza de resolver los conflictos a través del diálogo y la cooperación, enfatizando únicamente la seguridad mediante el uso de la fuerza militar". En esta situación difícil, "debemos implorar la ayuda de Dios y es crucial que los laicos tomen la iniciativa para reabrir canales de diálogo y buscar la paz", ha agregado.
Ahn Jae-hong, presidente de la Asociación de Apostolado Laico Católico de Corea, añade por su parte: "Como católicos, no podemos aceptar simplemente la 'paz por la fuerza', especialmente viendo los horrores de los conflictos recientes como los de Ucrania y Rusia, y entre Israel y Hamás. Debemos alzar nuestra voz y trabajar activamente por la mejora de las relaciones".
En 2024, año en que se conmemora el 74 aniversario del inicio de la Guerra de Corea, evento que llevó a la división de la península coreana, las relaciones intercoreanas parecen estar en su punto más bajo. Sin embargo, el pueblo coreano no olvida su identidad como "un solo pueblo", recordando los últimos 70 años de diálogo, cooperación y coexistencia.
(PA) (Agencia Fides 19/6/2024)