Varsovia (Agencia Fides) - A los pies de María para rezar y pedir que se reavive en los corazones el celo misionero. Esta es la experiencia de más de 500 sacerdotes y 6 obispos de la diócesis de Tarnow que de nuevo este año, a principios de junio, han peregrinado al santuario de Tuchów, donde desde 1597 numerosos peregrinos van a venerar a Nuestra Señora de Tuchów. La peregrinación, que este año celebra su séptima edición, es una ocasión para volver a la fuente de la intensa pasión misionera que siempre ha caracterizado a la comunidad diocesana de Tuchów.
Situada en el sur del país, y considerada el "pulmón espiritual" de Polonia, la diócesis de Tarnow -una de las mayores de Polonia- comenzó hace 50 años a enviar a sus primeros misioneros fidei donum primero a diversos países de África y después al resto del mundo. A partir de ese momento, el servicio misionero a las comunidades católicas en los territorios de misión pasó a ocupar un lugar destacado en el entramado de obras e iniciativas promovidas por la pastoral diocesana. Tarnow también empezó a distinguirse por el importante número de sacerdotes dispuestos a ser enviados por los obispos para desempeñar su servicio pastoral lejos de su patria. Un servicio prestado por muchos con plena dedicación y alegría, gracias al apoyo de una verdadera red de proximidad, creada con el tiempo para sostener material y espiritualmente a los sacerdotes que partían como misioneros.
Este ha sido también el contexto de la peregrinación mariana a Tuchów, que este año ha prestado especial atención al problema del desaliento sacerdotal. El padre Jaroslaw Tomaszewski, secretario nacional de la Obra Pontificia Polaca de la Propagación de la Fe, ha predicado la meditación de la peregrinación, señalando al respecto que "los sacerdotes pasan con demasiada frecuencia por esta trampa espiritual, si olvidan su primer encuentro con Jesucristo y el motivo que les llevó a recibir el sacramento del sacerdocio ministerial". “Cuando esto sucede - ha observado el padre Tomaszewki - se hace necesario volver a los inicios del propio ‘sí’ vocacional, ‘"salir de la tristeza’, recurrir a la gracia eficaz y operante de los sacramentos, y preguntarse además: ‘¿cómo puedo realizar concretamente mi compromiso misionero?’ Este discernimiento bien meditado debería ayudar a sanar el corazón desanimado de la indiferencia sacerdotal”.
(EG) (Agencia Fides 10/6/2023)