AMERICA/ESTADOS UNIDOS - “Las naciones ricas deben aprender que ayudar a los países pobres a afrontar las epidemias se gripe no es una forma de caridad. Este tipo de cooperación puede permitir controlar desde su origen una epidemia lo más rápidamente posible y por tanto beneficiar a toda la humanidad, sin divisiones de raza, religión, riqueza o nacionalidad. Los individuos que buscan seguridad acumulando provisiones personales de medicinas deberían saber que este tipo de esfuerzos egocéntricos son probablemente una locura”. En exclusiva a Fides el profesor Kevin M. Cahill, M.D., asesor sanitario responsable para la defensa en caso e ataque bacteriológico de la ciudad de New York, comenta el riesgo de una epidemia global de H5N1

lunes, 13 febrero 2006

New York (Agencia Fides) - Uno de los mayores expertos internacionales de medicina tropical que sigue de cerca la onda de gripe aviaria que está turbando al mundo es el profesor americano Kevin M. Cahill, asesor sanitario responsable para el antiterrorismo de la ciudad de New York. Director del centro Enfermedades Tropicales del Lenoxx Hill Hospital de New York, el profesor Cahill es presidente y director del Center for International Health and cooperation de la ciudad de New York, profesor de Medicina Tropical y parasitología Molecular en la facultad de medicina de la universidad de New York, profesor y presidente del departamento sanitario internacional en el Royal College de cirujanos en Irlanda, asesor para el servicio sanitario de las Naciones Unidas y presidente general del American-Irish Historical Society.
A continuación, en exclusiva para Fides, el profesor Cahill commenta el riesgo de una epidemia global de H5N1.
L gripe aviaria o de los pájaros se reconoce como un problema veterinario significativo de hace más de un siglo - explica el profesor Cahill. Las aves migratorias, especialmente los gansos, son reservas ideales para la infección ya que manifiestan pocos síntomas, mientras el pollo domésticos muy vulnerable y muere un número elevado cuando un brote del virus altamente patógeno de gripe infecta la cría.
“La gripe aviaria es causada por un organismo vírico de tipo A. Investigaciones científicas han permitido nuevas especificaciones; todas las epidemias en serie han sido causadas de una subespecie de virus H5 y H7. Se ve que estos virus gripales tienen la capacidad de mudar, cambiando su estructura genética a cobertura proteica para anular la protección normal del huésped gracias a los anticuerpos formados anteriormente. Finalmente la trasmisión de la gripe aviaria a los hombres está bien documentada, y consecuentemente los hombres pueden infectar a otros hombres.
Estos hechos básicos deben entenderse para comprender la preocupación actual de una pandemia potencial de gripe aviaria. La explosión global de una gripe aviaria humana expone a un peligro fatal amillones de personas en el mundo, y sería particularmente peligroso para la gran mayoría que vive en países donde los programas sanitarios, las estructuras médicas, el personal médico, las vacunas y las medicinas son totalmente inadecuadas.
En el 2003 un tipo mortal de influencia H5N1 fue verificada en aves y animales domésticos en el sureste asiático. Este ha sido el momento de difusión epidémica mayor nunca registrada, con 150 millones de aves muertas por la enfermedad o eliminados en el intento desesperado e controlar su difusión. Esta forma particular de gripe aviaria, que se desplaza con los recorridos de las aves migratorias, ha sido encontrada recientemente en un amplio territorio geográfico de Asia, en Rusia, Turquía ,Grecia y en muchas partes de China. El virus culpable es un organismo resistente que se trasmite con la saliva y las heces de los animales infectados; los mercados hacinados tradicionales del Asia suroriental ofrecen un vivero perfecto para su trasmisión. La consecuencia económica para la industria del pollo es obviamente grave, la atención naturalmente está focalizada sobre la posible explosión de una variante humana que sería casi catastrófica. Por ahora han sido menos de 100 casos humanos referidos al nuevo brote H5N1, pero más de la mitad de los contagiados han muerto. En 1918 una influencia aviaria se transformó en una epidemia humana con elevada mortalidad, 50 millones de muertos en un año, murieron más personas en aquella epidemia gripal que en las dos guerras mundiales.
El Economist ha calculado recientemente que, si una tercera parte de los americanos enfermaran a causa de un nuevo brote de gripe aviaria, los gastos sanitarios y las pérdidas laborales superarían los 200 millones de dólares. Si hubiera una epidemia global - una pandemia - las medidas a tomar incluirían cuarentenas obligatorias que perturbarían completamente los intercambios comerciales normales, los viajes y el turismo, con daños incalculables para la economía global y también para la estabilidad política, especialmente en las naciones más frágiles y menos desarrolladas del mundo.
La amenaza del virus H5N1 tanto a la salud humana como a la veterinaria es por lo tanto muy concreta. Una amenaza por otra parte no es una certeza y tanto la naturaleza como el hombre pueden influir, modificando un potencial desastre. Algunos virus cuando mutan se debilitan y aquello que es letal para los pájaros podría, se espera, ser menos dañoso para los hombres: pero el mundo no puede simplemente esperar y rezar esperando que esto nos salve.
Hay una urgente necesidad de reforzar las medidas de control, siguiendo atentamente la difusión de los pájaros infectados, vacunando a las aves domésticas, aislando inmediatamente las zonas afectadas, mejorando la vigilancia, desarrollando incentivos innovadores para indemnizar a los agricultores pobres por la pérdida de sus animales. Estos sistemas unidos a la educación pública, pueden enseñar a las personas a reconocer el virus H5N1 mientras es todavía un problema aviario, y animar a los criadores locales a informar a las autoridades locales de los animales enfermos en lugar de esconderlos temiendo una pérdida económica.
Para afrontar una pandemia humana existen tanto respuestas clínicas individuales como de la sanidad pública. Todavía una vez la educación es una componente crítica a la hora de individuar programas de preparación apropiados. Los gobiernos deben invertir para desarrollar vacunas y medicinas antivirales para usar en caso de emergencia. Deben mejorar la vigilancia internacional de la gripe y entender que las enfermedades infecciosas no respetan las fronteras. Las naciones ricas deben aprender que ayudar a los países pobres a afrontar las epidemias de gripe no es una forma de caridad. Este tipo de cooperación puede permitir controlar el inicio de una epidemia lo más rápidamente posible y por tanto beneficiar a toda la humanidad, sin divisiones de raza, religión, riqueza o nacionalidad.
Simplemente no hay lugar para el regionalismo frente a una pandemia. Los individuos que buscan la seguridad acumulando provisiones personales de medicinas deberían saber que este tipo de esfuerzos egocéntricos son probablemente locos en este punto. Hay muchos problemas concretos que deben ser individuados; las vacunas y las medicinas que ahora están en el comercio podrían no ser adecuadas, podría darse una mutación viral, podría verificarse una resistencia a los fármacos o efectos colaterales de toxicidad, cosas todas éstas muy probables si se recuerdan experiencias pasadas de otras epidemias. Afrontar una epidemia exige conocimiento, calma profesional, inversiones notables para preparar todo un sistema de infraestructuras de la salud pública. El pánico y el egoísmo no servirán a las buenas intenciones”. (KC) (13/2/2006 Agencia Fides)


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