Shanghai (Agencia Fides) – "La Santísima Trinidad es siempre armoniosa. Os animo a reflejar en vuestras vidas la armonía que reina en la Santísima Trinidad y a salir de vosotros mismos para compartir con los demás y con el mundo entero el maravilloso don del Evangelio, para ayudar a las personas a encontrar a Cristo y a volver a Él". Con estas palabras, Joseph Shen Bin, obispo de Shanghai, se dirigió a los feligreses de la iglesia dedicada al apóstol San Andrés durante la celebración de la solemnidad de la Santísima Trinidad, el domingo 26 de mayo.
Durante la solemne celebración litúrgica, presidida por el obispo Shen Bin, 36 adultos recibieron el sacramento de la Confirmación. Dirigiéndose a ellos, el obispo de Shanghai les exhortó a ser "valientes centinelas de Cristo en sus vidas, difundiendo la fe con dedicación fervorosa, para que la Iglesia florezca".
Más de 500 católicos de la parroquia asistieron a la celebración y a la visita pastoral del obispo. "En nuestras lecturas diarias de la Biblia - subrayó el obispo Shen Bin en su homilía - podemos escuchar a la Santísima Trinidad a través de la Palabra de Dios. Cuando venimos a la iglesia, cantamos himnos, participamos en la Misa, escuchamos la homilía, rezamos devotamente y recibimos la Sagrada Eucaristía, todas ellas son buenas ocasiones para sentirnos rodeados por el misterio de amor de la Santísima Trinidad".
El 24 de mayo, Mons. Shen Bin, quien acababa de regresar a su diócesis tras haber intervenido en Roma en la conferencia conmemorativa del Primum Concilium Sinense (véase Fides 21 y 22/5/2024), presidió también la solemne liturgia de la fiesta de María Auxiliadora. Ese día se celebra en todo el mundo la Jornada de oración por la Iglesia en China. Casi 200 sacerdotes, religiosas y seminaristas, junto con más de mil laicos y laicas, participaron con el obispo en la peregrinación de la diócesis de Shanghai al santuario de Nuestra Señora de Sheshan. Una solemne procesión recorrió el camino desde el pie de la colina hasta el santuario. "Llenemos el 'depósito de agua' de nuestras vidas con los dones que recibimos al seguir a Jesús - dijo Mons. Shen Bin en Sheshan-, y luego extraigamos el agua de nuestras vidas con la cuchara de la fe y la caridad, convirtiéndola en vino delicioso para ofrecer a Dios".
(NZ) (Agencia Fides 27/5/2024)