EUROPA/ESPAÑA - Cada vez más declaraciones episcopales animando a la manifestación del 12 de noviembre en favor de la libertad de enseñanza: “Los obispos nos situamos al lado de los padres y madres de familia, en decir, al lado de la vida y la libertad”

viernes, 11 noviembre 2005

Madrid (Agencia Fides) - Son numerosos los Obispos que están alzando su voz en favor de la libertad de enseñanza y apoyando la manifestación del próximo sábado, 12 de noviembre en Madrid.
El arzobispo de Burgos, Mons. Francisco Gil Hellín, afirma en una carta titulada “La manifestación del 12: algo muy grave” que “algo muy grave debe estar sucediendo, cuando un colectivo de suyo pacífico y sin ganas de dar guerra , los padres de familia, decide salir a la calle”. Efectivamente según afirma en la carta “el Gobierno no sólo no quiere escuchar la voz de los padres en lo que toca a la enseñanza religiosa de sus hijos. Quiere imponerles sus ideas”. “No contento con las continuas trabas y una política muy parca en ayuda familiar, de las más bajas de Europa, - continua el Arzobispo - ahora intenta imponer una determinada formación estatal, en contra de lo que quieren los padres”. Los padres tienen derecho a dar una educación religiosa y moral a sus hijos, afirma Mons. Gil Hellín, derecho que no puede ser cancelado por el Estado sino que debe garantizarlo y asegurar las condiciones para su ejercicio. “Solo una concepción totalitaria y dictatorial puede intentar suplantar a los padres”, se lee en la carta.
Mons. Agustín García-Gasco en su última carta pastoral titulada “Manifestarse en disfrutar de la democracia” afirma que “si quienes nos gobiernan quieren imponer su manera de entender la vida y hacer de la familia cristiana y sus proyectos educativos una realidad hostigada, es inevitable que las propias familias tomen cartas en el asunto y expresen lo que legítimamente deben expresar en una democracia. Los obispos nos situamos al lado de los padres y madres de familia, en decir, al lado de la vida y la libertad”.
Por su parte, Mons. Fernando Sebastián, Arzobispo de Pamplona, ha recordado que es muy importante “que la sociedad se haga oír defendiendo una concepción verdaderamente democrática de la educación al servicio de las convicciones y los deseos de la sociedad, no al servicio de las ideologías del gobierno de cada momento”. Según Mons. Sebastián, lo más negativo de la LOE es “la afirmación de que la educación es un servicio público, un derecho primario del Estado y consecuentemente monopolio y concesión del Estado”, lo cual supone “una concepción muy autoritaria de la educación”.
“Los Obispos ejercemos nuestro derecho y cumplimos con nuestra obligación de decir una palabra con respecto a esta Ley Orgánica de la Educación, porque son muchos y muy importantes los valores que están en juego”, afirma Mons. José Sánchez González, Obispo de Sigüenza-Guadalajara. La mayor preocupación para los Obispos de esta ley es que “no se respeta si salvaguarda la libertad”, y de este modo “el Estado se arroga un papel excesivo y predominante, prácticamente exclusivo, relegando a los padres y a otras instituciones a un papel secundario y subsidiario”.
Según Mons. Antonio Cañizares, Arzobispo de Toledo y Primado de España, los principales inconvenientes de la LOE son que la “enseñaza religiosa no tiene asegurado un estatuto académico adecuado”. Además “la ley tampoco salvaguarda de forma suficiente el derecho de la iniciativa social a la creación y gestión de centros educativos y no queda garantizado el derecho de los padres para elegir el tipo de centro que deseen para sus hijos”. Por ello, considera Mons. Cañizares, que “cuando los padres no nos escuchados tienen que acudir a otros procedimientos posibles dentro del ordenamiento jurídico como son las manifestaciones”. De hecho los padres recogieron tres millones de firmas pero no han sido escuchados en ningún momento. (RG) (Agencia Fides 11/11/2005 Líneas: 46 Palabras: 638)


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