Colombo (Agencia Fides) – El p. Nayagam Roy Clarence, Director de la Comisión nacional para los laicos, de la Conferencia episcopal católica de Sri Lanka, explica a la Agencia Fides que la crisis del agua potable está creando muchos problemas de salud pública en el país.
En el pueblo de Puhudiwula y en otros pueblos del distrito de Anuradhapura (en el centro y norte de Sri Lanka), muchos han renunciado a los pozos, ya que no pueden utilizar el agua que se encuentra en los acuíferos ni para beber ni para cocinar los alimentos. El uso de este agua causa una enfermedad renal crónica mortal que se ha convertido en una epidemia en la región. “Es una crisis de agua muy difícil de afrontar”, observa p. Clarence.
La zona es muy seca, ya que el suelo es arcilloso. Este año, para salvar su cosecha de arroz, los agricultores han tenido que llevar camiones con agua para regar los campos. El cambio climático en estas áreas ha provocado un clima más seco y temperaturas más altas, y la necesidad de agua ha aumentado. Los pueblos de esta zona, que durante treinta años eran la “primera línea” en la guerra civil, al estar en la frontera con el norte de la isla, de mayoría Tamil, atraviesan un tiempo de incertidumbre terrible. “Siete años después del final del conflicto, necesitamos que nos lancen un salvavidas” señala el sacerdote.
En 2016, Sri Lanka ha sido uno de los primeros países en el mundo en obtener una contribución del Fondo Verde para el Clima. El Ministerio de Fomento y Medio Ambiente, con la ayuda del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP), se ha beneficiado de 38,1 millones de dólares para ayudar a las comunidades frente a las consecuencias del cambio climático. En los próximos años, se estima que 770.500 personas en la zona árida, incluidos los habitantes de Puhudiwula, experimentarán los beneficios directos de este programa.
“Este programa ayudará a las poblaciones locales si adoptan medidas cautelares para proteger la salud y la vida”, señala el p. Clarence. Es decir, las personas tendrán que convencerse para dejar de usar el agua de los pozos y comprar agua para beber.
La enfermedad renal generalizada, conocida como “Chronic kidney disease of unknown etiology” (CKDu), está presente en muchos países, pero sigue siendo poco conocida. De acuerdo con los estudios existentes, está causada por el agua contaminada con productos químicos. Según las cifras oficiales, hay más de 400 mil víctimas de la enfermedad en todo el país, y la tasa de mortalidad es de alrededor de 1.400 personas al año
“A la vista de esta tragedia es urgente que se den respuestas, y proporcionar agua limpia parece ser la primera solución, la más obvia”, dice el sacerdote.
El gobierno, las ONG y la Iglesia en Sri Lanka deben trabajar juntos para hacer frente a estas cuestiones y asegurar el agua potable a la población, mejorando sus condiciones de vida”, dice el padre Clarence. (PA-SD) (Agencia Fides 10/2/2017)