Poza Rica (Agencia Fides) - La diócesis mexicana de Papantla ha confirmado con un comunicado la muerte violenta de dos sacerdotes: los presbíteros Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Suárez de la Cruz. Según la información recogida por la Agencia Fides, en un primer informe de la oficina del procurador general del estado de Veracruz se indica que los dos sacerdotes fueron secuestrados la tarde del domingo pasado, 18 de septiembre, en la parroquia de Nuestra Señora de Fátima, en la periferia extrema de la ciudad de Poza Rica, en la parte septentrional del estado de Veracruz. Sus cuerpos sin vida fueron hallados ayer por la mañana, lunes 19 de septiembre, en una cuneta de la carretera que une Papantla a Poza Rica. Un colaborador de los sacerdotes, que trabajaba como sacristán y conductor, secuestrado junto a los sacerdotes, ha sido encontrado vivo. La zona ha sido escenario de enfrentamientos violentos entre los carteles de la droga durante años, pero hasta el momento no se ha podido aclarar el motivo del asesinato de ambos sacerdotes.
“Estamos muy consternados por esta noticia y en oración por su eterno descanso – escribe Mons. José Trinidad Zapata Ortiz, obispo de Papantla, en el comunicado por la trágica muerte de los dos sacerdotes -. Una vez más comprobamos que la violencia y la inseguridad se han enraizado en nuestra sociedad”. A la espera de que las autoridades esclarezcan el crimen, el obispo espera que la perdida tan lamentable de estos dos sacerdotes sirva para que llegue la paz tan deseada, así como vocaciones sacerdotales para seguir la misión evangelizadora de la Iglesia.
“Condenamos toda forma de violencia y oramos por la conversión de quienes olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte – continua Mons. Zapata Ortiz -. El camino de la violencia y del crimen engendra más violencia. Ojalá que quienes han entrado en esta espiral se den cuenta de que van en un camino equivocado. Dios no quiere la muerte, ni la violencia, ni la injusticia. Dios quiere la vida, Dios quiere que todos vivamos con justicia, con dignidad y en paz. Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva”. (CE) (Agencia Fides, 20/09/2016)