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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – Un apelo para que sea garantizada la incolumidad y la seguridad del pueblo libio y el acceso a las ayudas humanitarias, ha sido lanzado por el Santo Padre Benedicto XVI después del rezo del Ángelus, el domingo 20 de marzo. “En los días pasados las preocupantes noticias que llegaban de Libia han suscitado también en mi viva inquietud y temor – ha dicho el Pontífice -. Hice una particular oración al Señor por ello durante la semana de los Ejercicios Espirituales. Sigo ahora los últimos acontecimientos con gran aprensión, rezo por aquellos que están implicados en la dramática situación de ese país y dirijo un apremiante llamamiento a cuantos tienen responsabilidades políticas y militares, para que den prioridad, ante todo, a la incolumidad y la seguridad de los ciudadanos y garanticen el acceso a las ayudas humanitarias. A la población deseo asegurar mi conmovida cercanía, mientras pido a Dios que un horizonte de paz y de concordia surja lo antes posible en Libia y en toda la región del norte de África”
En su discurso pronunciado antes del Ángelus, el Santo Padre se ha detenido sobre el evangelio del segundo domingo de Cuaresma, dedicata al mistero de la Transfiguración de Cristo: “Según los sentidos, la luz del sol es la más intensa que se conoce en la naturaleza, pero, según el espíritu, los discípulos vieron, por un breve tiempo, un esplendor aún más intenso, el de la gloria divina de Jesús, que ilumina toda la historia de la salvación”. “La Transfiguración, no es un cambio de Jesús, sino que es la revelación de su divinidad” ha explicado el Pontífice, subrayando como “Pedro, Santiago y Juan, contemplando la divinidad del Señor, son preparados para afrontar el escándalo de la cruz”, y por último ha invitado a dar espacio a la oración y a la escucha de la Palabra de Dios, y especialmente en este tiempo de Cuaresma, a la penitencia. (SL) (Agencia Fides 21/03/2011)
