VATICANO - Mensaje del Papa: “La gran tarea de la evangelización requiere un número cada vez mayor de personas que respondan generosamente a la llamada de Dios”

miércoles, 2 febrero 2011

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “La Iglesia, en lo más íntimo de su ser, tiene una dimensión vocacional, implícita ya en su significado etimológico: «asamblea convocada» por Dios. La vida cristiana participa también de esta misma dimensión vocacional que caracteriza a la Iglesia. En el alma de cada cristiano resuena siempre de nuevo aquel «sígueme» de Jesús a los apóstoles, que cambió para siempre sus vidas”. Lo subraya el Santo Padre Benedicto XVI en su mensaje enviado a los participantes al II Congreso Continental Latinoamericano de Vocaciones, convocado por el Departamento para las Vocaciones y los Ministros del Consejo Episcopal Latinoamericano, que se celebra en la ciudad de Cartago (Costa Rica) del 31 de enero al 5 de febrero 2011 (véase Fides 13/1/2011).
Después de recordar que la iniciativa se sitúa “en el contexto de ese gran impulso misionero promovido por la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, en Aparecida”, el Papa resalta que “la gran tarea de la evangelización requiere un número cada vez mayor de personas que respondan generosamente a la llamada de Dios y se entreguen de por vida a la causa del Evangelio. Una acción misionera más incisiva trae como fruto precioso, junto al fortalecimiento de la vida cristiana en general, el aumento de las vocaciones de especial consagración. De alguna manera, la abundancia de vocaciones es un signo elocuente de vitalidad eclesial, así como de la fuerte vivencia de la fe por parte de todos los miembros del Pueblo de Dios.”
En su mensaje Benedicto XVI también resalta que “la pastoral vocacional ha de estar plenamente insertada en el conjunto de la pastoral general, y con una presencia capilar en todos los ámbitos pastorales concretos”, y entre los muchos aspectos que se podrían considerar para el cultivo de las vocaciones, subraya la vida espiritual, ya que “la vocación no es fruto de ningún proyecto humano o de una hábil estrategia organizativa”, por lo que “hay que tener siempre presente la primacía de la vida del espíritu como base de toda programación pastoral”. “Necesitamos vencer nuestra autosuficiencia – prosigue el Pontífice - e ir con humildad al Señor, suplicándole que siga llamando a muchos. Pero al mismo tiempo, el fortalecimiento de nuestra vida espiritual nos ha de llevar a una identificación cada vez mayor con la voluntad de Dios, y a ofrecer un testimonio más limpio y transparente de fe, esperanza y caridad”. En la conclusión, el Santo Padre remarca la importancia del “testimonio personal y comunitario de una vida de amistad e intimidad con Cristo, de total y gozosa entrega a Dios”, en la labor de promoción vocacional porque “ha sido y es un medio privilegiado para despertar en tantos jóvenes el deseo de ir tras los pasos de Cristo, y, junto a eso, la valentía de proponerles con delicadeza y respeto la posibilidad de que Dios los llame también a ellos”. (SL) (Agencia Fides 2/02/2011)


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