VATICANO - A la luz de las Bienaventuranzas “la Iglesia no teme la pobreza, el desprecio, la persecución en una sociedad atraída frecuentemente por el bienestar material y por el poder mundano

lunes, 31 enero 2011

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “Las Bienaventuranzas son un nuevo programa de vida para liberarse de los falsos valores del mundo y abrirse a los verdaderos bienes presentes y futuros – ha dicho el Santo Padre Benedicto XVI antes del Ángelus, el domingo 30 de enero - . De hecho, cuando Dios consuela, sacia el hambre de justicia, enjuga las lágrimas de los afligidos, significa que, además de recompensar a cada uno de manera sensible, abre el Reino de los Cielos… Por esto, la Iglesia no teme la pobreza, el desprecio, la persecución en una sociedad atraída frecuentemente por el bienestar material y por el poder mundano”. Recordando el Discurso de la Montaña, proclamado en la liturgia de la Palabra del domingo, el Papa ha subrayado que “no se trata de una nueva ideología, sino de una enseñanza que procede de lo alto y que toca la condición humana, precisamente la que el Señor quiso asumir, al encarnarse, para salvarla. Por eso, ‘el sermón de la montaña está dirigido a todo el mundo, del presente y del futuro… y puede ser comprendido y vivido sólo en el seguimiento de Jesús, caminando con Él.”
Después de la oración mariana, el Pontífice con ocasión de la "Jornada mundial de los enfermos de lepra" ha dicho: “la lepra, aunque el número de enfermos ha disminuido, por desgracia todavía afecta a muchas personas en condiciones de grave miseria. A todos los enfermos les aseguro una oración especial, que extiendo también a quienes les asisten y se comprometen de diferentes modos para derrotar el morbo de Hansen. Saludo en particular a la Asociación Italiana Amigos de Raoul Follereau, que cumple cincuenta años de actividad”. Después ha dirigido una felicitación a todas las poblaciones que celebran el año nuevo lunar: “En los próximos días, en varios países del Lejano Oriente, se celebra, con alegría, especialmente en la intimidad de las familias, el año nuevo lunar. A todos esos grandes pueblos les deseo de corazón serenidad y prosperidad”. También ha invitado “a todos a rezar al Señor para que haga converger las mentes y los corazones en proyectos concretos de paz” en Tierra santa, con ocasión de la "Jornada Internacional de Intercesión por la Paz en Tierra Santa". Por último se ha dirigido a los muchachos y muchachas de la Acción Católica de la diócesis de Roma, reunidos en plaza San Pedro al finalizar la anual "Caravana de la Paz", y después de haber escuchado el saludo de dos de sus representantes, enviados en el apartamento del Pontífice, el Papa ha liberado desde la ventana dos palomas, símbolo de la paz. (SL) (Agencia Fides 31/1/2011)


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