VATICANO - “La fe no es una cosa del pasado, sino un encuentro con el Dios que vive y actúa ahora”: Benedicto XVI a la Curia Romana

martes, 21 diciembre 2010

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – En su discurso a la Curia romana en ocasión de las felicitaciones de Navidad, el 20 de diciembre, el Santo Padre Benedicto XVI ha recordado como de costumbre en esta circunstancia, los eventos principales de año pasado. En primer lugar el Papa ha citado el Año Sacerdotal que ha renovado en los sacerdotes y en los laicos “la conciencia de qué don representa el sacerdocio de la Iglesia católica que nos ha sido confiado por el Señor”. Sin embargo, el Santo Padre ha resaltado como, “hemos sido turbados cuando, precisamente en este año y en una dimensión inimaginable para nosotros, hemos tenido conocimiento de abusos contra menores cometidos por sacerdotes, que trabucan el Sacramento en su contrario: bajo el manto de lo sagrado hieren profundamente a la persona humana en su infancia y le acarrean un daño para toda la vida”.
Citando una visión de santa Hildegarda de Bingen, el Papa ha dicho: “En la visión de santa Hildegarda, el rostro de la Iglesia está cubierto de polvo, y es así como lo hemos visto nosotros. Su vestido está desgarrado – por culpa de los sacerdotes. Así como ella lo vio y expresó, lo hemos vivido este año. Debemos aceptar esta humillación como una exhortación a la verdad y una llamada a la renovación”. Después de haber remarcado que “somos conscientes de la particular gravedad de este pecado cometido por sacerdotes y de nuestra correspondiente responsabilidad”, el Santo Padre ha invitado a observar el contexto de nuestro tiempo: “existe un mercado de la pornografía que afecta a los niños, que de alguna forma parece ser considerado por la sociedad cada vez más como una cosa normal… De los Obispos de países del Tercer Mundo, oigo repetidas veces cómo el turismo sexual amenaza a toda una generación y la daña en su libertad y en su dignidad humana ... En este contexto, también se plantea el problema de la droga, que con una fuerza creciente extiende sus tentáculos de pulpo en todo el mundo”.
El segundo tema de reflexión se ha referido a la Asamblea Especial del Sínodo de las Iglesias de Oriente Medio, que comenzó con el viaje a Cipre para la entrega del "Instrumentum laboris" a los Obispos de aquellos Países allí reunidos. “El Sínodo amplió su mirada a todo Oriente Medio,– ha recordado el Papa -, donde conviven fieles pertenecientes a diversas religiones y a múltiples ritos y tradiciones distintas … en los desórdenes de los últimos años ha sido turbada la historia de convivencia, las tensiones y las divisiones han crecido, de modo que cada vez más con temor somos testigos de actos de violencia en los que ya no se respeta lo que para el otro es sagrado, sino que al contrario, se derrumban las reglas más elementales de la humanidad. En la situación actual, los cristianos son la minoría más oprimida y atormentada … sobre la base del espíritu de fe y de su racionalidad, el Sínodo ha desarrollado un gran concepto de diálogo, de perdón y de mutua acogida, un concepto que queremos ahora gritar al mundo. El ser humano es uno sólo y la humanidad es una sola. Lo que se hace en cualquier lugar contra el ser humano al final daña a todos. Así las palabras y las ideas del Sínodo deben ser un fuerte grito dirigido a todas las personas con responsabilidad política o religiosa para que detengan la cristianofobia; para que se levanten en defensa de los prófugos y de los que sufren y revitalicen el espíritu de la reconciliación. En último análisis, la curación podrá venir sólo de una fe profunda en el amor reconciliador de Dios. Dar fuerza a esta fe, nutrirla y hacerla resplandecer es la tarea principal de la Iglesia en esta hora.”
Por último Benedicto XVI ha hablado de su viaje en el Reino Unido, recordando el encuentro con el mundo de la cultura en la Westminster Hall, la beatificación del cardenal John Henry Newman, y ha citado los viajes a Malta, Portugal y España, en los cuales “se hizo visible una vez más que la fe no es una cosa del pasado, sino un encuentro con el Dios que vive y actúa ahora. Él nos llama en causa u se opone a nuestra pereza, pero precisamente así nos abre el camino hacia la autentica felicidad”. (SL) (Agencia Fides 21/12/2010)


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