VATICANO - El tercer Consistorio del Pontificado: “En la Iglesia nadie es patrón, sino que todos somos llamados, todos somos invitados, todos somos alcanzados y guiados por la gracia divina”

lunes, 22 noviembre 2010

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – El sábado por la mañana, 20 de noviembre, en la Basílica Vaticana, el Santo Padre Benedicto XVI ha celebrado un Consistorio Ordinario Publico, en forma de Celebración de la Palabra para la creación de 24 nuevos Cardenales (ver Fides 20/10/2010). Después de la proclamación del Evangelio el Papa en la homilía ha subrayado que “el vínculo de especial comunión y afecto, que une a estos nuevos cardenales con el Papa, les hace singulares y preciosos colaboradores del mandato confiado por Cristo a Pedro, de pastorear a sus ovejas , para reunir a los pueblos con la solicitud de la caridad de Cristo. Precisamente de este amor es que ha nacido la Iglesia, llamada a vivir y a caminar según el mandamiento del Señor, en el que se resumen toda la ley y los profetas”.
Comentando las lecturas bíblicas proclamadas, el Papa ha remarcado que el camino que debe recorrer quien quiere ser discípulo, “es el camino del Maestro, es el camino de la total obediencia a Dios.… el hombre no debe calcular, debe simplemente abandonarse en Dios, sin pretensiones, conformándose a su voluntad”. Recordando el gesto de Jesús que llama a los Doce a “estar con El” antes de ser enviados, el Pontífice ha explicado que esto “recuerda con claridad que todo ministerio eclesial es siempre respuesta a una llamada de Dios, no es nunca fruto de un proyecto propio o de una ambición propia… En la Iglesia nadie es patrón, sino que todos somos llamados, todos somos invitados, todos somos alcanzados y guiados por la gracia divina. ¡Y ésta es también nuestra seguridad! Sólo volviendo a escuchar la palabra de Jesús, que dice “ven y sígueme”, sólo volviendo a la vocación originaria, es posible entender la propia presencia y la propia misión en la Iglesia como auténticos discípulos”.
Deteniéndose en la misión del Hijo del hombre, “que ha venido a servir”, concretamente en la cruz, lo ha indicado “como condición de su seguimiento”, el Papa ha dicho: “Es un mensaje que vale para los Apóstoles y vale para toda la Iglesia, vale sobre todo para quienes tienen la tarea de guía en el Pueblo de Dios. No es la lógica del dominio, del poder según los criterios humanos, sino la lógica de arrodillarse para lavar los pies, la lógica del servicio, la lógica de la Cruz que es la base de todo ejercicio de la autoridad. En todo tiempo la Iglesia está comprometida en conformarse a esta lógica y en testimoniarla para hacer transparentar el verdadero ‘señorío de Dios’, el del amor.”
El domingo 21 de noviembre, en la solemnidad de Cristo Rey del Universo, el Santo Padre Benedicto XVI ha presidido en la Basílica de San Pedro, la Concelebración Eucarística con los 24 nuevos cardenales y les ha entregado el anillo cardenalicio. En su homilía, el Papa se ha detenido para meditar sobre “el ministerio del Obispo de Roma y sobre el que esta relacionado con este, el de los Cardenales, a la luz de la realeza de Jesús, nuestro Señor”.
"El primer servicio del Sucesor de Pedro es el de la fe", ha afirmado Benedicto XVI recordando la experiencia de fe de Pedro, "una fe que primero amarga y demasiado humana", pero luego, después de la Pascua, madura y capaz de seguir a Cristo hasta la entrega de sí; madura en la creencia de que Jesús es verdaderamente el Rey; que lo es precisamente porque se quedó en la cruz, y de esa manera dio su vida por los pecadores... Jesús puede construir sobre nosotros su Iglesia cuando encuentra en nosotros la verdadera fe, la fe pascual, la fe que no quiere que Jesús baje de la Cruz, sino que se confía a Él en la Cruz".
Después de recordar que el Papa y los Cardenales están llamados a estar profundamente unidos “pensando y obrando según la lógica de la Cruz – y esto nunca es fácil o descontado”, Benedicto XVI ha evidenciado que “el primado de Pedro y sus sucesores está totalmente al servicio del primado de Jesucristo, al servicio de su Reino, de su Señorío de Amor, para que llegue y se difunda, renueve los hombres y las cosas, transforme la tierra y haga germinar en ella la paz y la justicia”. (SL) (Agencia Fides 22/11/2010)


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