VATICANO - “La meta del camino ecuménico sigue inmutable, como también el firme empeño en perseguirla”: Benedicto XVI al Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos

viernes, 19 noviembre 2010

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “En el transcurso de cincuenta años se ha hecho mucho camino… Son cincuenta años en los que se ha adquirido un conocimiento más verdadero y una estima más grande con las Iglesias y las comunidades eclesiales, superando prejuicios sedimentados por la historia; se ha crecido en el diálogo teológico, pero también en el de la caridad; se han desarrollado varias formas de colaboración, entre las cuales, además de las de por la defensa de la vida, por la salvaguardia de la creación y para combatir contra la injusticia, ha sido importante y fructífera la del campo de las traducciones ecuménicas de la Sagrada Escritura”. Lo ha recordado el Santo Padre Benedicto XVI al recibir en audiencia, el 18 de noviembre, a los participantes en la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos sobre el tema: “Hacia una nueva etapa del dialogo ecuménico", con ocasión del 50° aniversario de la institución de este Dicasterio.
El Papa ha expresado su “viva gratitud a todos aquellos que han prestado su servicio en el Consejo Pontificio” en estos 50 años, y ha citado el proyecto (“Harvest Project”) al que se está dedicando en estos últimos años el Dicasterio “para trazar un primer balance de los objetivos conseguidos en los diálogos teológicos con las principales comunidades eclesiales desde el Vaticano II”. Animando a los presentes a continuar con este “estupendo trabajo” el Santo Padre ha remarcado que “Hoy algunos piensan que este camino, especialmente en Occidente, haya perdido su empuje; se advierte, entonces, la urgencia de reavivar el interés ecuménico y de dar una nueva incisividad a los diálogos. Se presentan, además, desafíos inéditos: las nuevas interpretaciones antropológicas y éticas, la formación ecuménica de las nuevas generaciones, la ulterior fragmentación del escenario ecuménico. Es esencial tomar conciencia de estos cambios y señalar las vías para proceder de manera eficaz a la luz de la voluntad del Señor: "que sean todos una sola cosa (Jn 17,21)”.
En la parte conclusiva de su discurso, el Papa ha puesto en evidencia que “aun en presencia de nuevas situaciones problemáticas o de puntos difíciles para el diálogo, la meta del camino ecuménico sigue inmutable, como también el firme empeño en perseguirla”. Después ha remarcado que “la unidad de los cristianos es y sigue siendo oración, habita en la oración… nosotros no sabemos la hora de la realización de la unidad entre todos los discípulos de Cristo y no la podemos conocer, porque la unidad no la “hacemos nosotros”, la “hace” Dios: viene de lo alto, de la unidad del Padre con el Hijo en el diálogo de amor que es el Espíritu Santo; es un tomar parte en la unidad divina. Y esto no debe hacer disminuir nuestro compromiso, al contrario, debe hacernos cada vez más atentos a captar los signos de los tiempos del Señor, sabiendo reconocer con gratitud lo que ya nos une y trabajando para que se consolide y crezca”. (SL) (Agencia Fides 19/11/2010)


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