VATICANO - Benedicto XVI en España: “A nosotros nos toca hoy seguir el ejemplo de los apóstoles, conociendo al Señor cada día más y dando un testimonio claro y valiente de su Evangelio”

lunes, 8 noviembre 2010

Santiago de Compostela (Agencia Fides) – “A nosotros, queridos hermanos, nos toca hoy seguir el ejemplo de los apóstoles, conociendo al Señor cada día más y dando un testimonio claro y valiente de su Evangelio. No hay mayor tesoro que podamos ofrecer a nuestros contemporáneos”: es la exhortación qu el Santo Padre Benedicto XVI ha realizado durante la Misa que ha presidido en la tarde del Sábado 6 de noviembre en la Plaza del Obradoiro, Santiago de Compostela, con ocasión del Año SantoCompostelano. Partiendo del Evangelio que se ha proclamado, el Santo Padre ha invitado “a vivir desde la humildad de Cristo”: “Para los discípulos que quieren seguir e imitar a Cristo, el servir a los hermanos ya no es una mera opción, sino parte esencial de su ser… Al proponer este nuevo modo de relacionarse en la comunidad, basado en la lógica del amor y del servicio, Jesús se dirige también a los «jefes de los pueblos», porque donde no hay entrega por los demás surgen formas de prepotencia y explotación que no dejan espacio para una auténtica promoción humana integral”. Dirigiendo después la mirada hacia Europa, que durante siglos se ah dirigido en peregrinación a Compostela, Benedicto XVI ha afirmado: “es necesario que Dios vuelva a resonar gozosamente bajo los cielos de Europa; que esa palabra santa no se pronuncie jamás en vano; que no se pervierta haciéndola servir a fines que le son impropios. Es menester que se profiera santamente. Es necesario que la percibamos así en la vida de cada día, en el silencio del trabajo, en el amor fraterno y en las dificultades que los años traen consigo.
En la mañana del domingo, 7 de noviembre, el Santo Padre ha presidido la Santa Misa de consagración de la Iglesia de la Sagrada Família, en Barcellona, obra maestra inacavada del arquitecto catalán Antoni Gaudí. Esplicando, en la homilia, el significado del rito de consagración, el Papa ha afirmado: “¿Qué hacemos al dedicar este templo? En el corazón del mundo, ante la mirada de Dios y de los hombres, en un humilde y gozoso acto de fe, levantamos una inmensa mole de materia, fruto de la naturaleza y de un inconmensurable esfuerzo de la inteligencia humana, constructora de esta obra de arte. Ella es un signo visible del Dios invisible, a cuya gloria se alzan estas torres, saetas que apuntan al absoluto de la luz y de Aquel que es la Luz, la Altura y la Belleza misma”.
Benedicto XVI ha subrayado el grand significado de dedicar a Dio una Iglesia, “en una época en la que el hombre pretende edificar su vida de espaldas a Dios, como si ya no tuviera nada que decirle”. Sin embargo “Gaudí, con su obra, nos muestra que Dios es la verdadera medida del hombre. Que el secreto de la auténtica originalidad está, como decía él, en volver al origen que es Dios”.
La Sagrada Familia de Nazaret, a la que está dedicada la Iglesia, ha sido considerada siempre “una s escuela de amor, oración y trabajo”, motivo por el que los patrocinadores de esta Iglesia querían “mostrar al mundo el amor, el trabajo y el servicio vividos ante Dios, tal como los vivió la Sagrada Familia de Nazaret.”. Señalando los grandes progresso realizados en ámbitos técnicos, sociales y culturales, Benedicto XVI ha señalado que estos deben estar siempre los progresos morales, “como la atención, protección y ayuda a la familia, ya que el amor generoso e indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su gestación, en su alumbramiento, en su crecimiento y en su término natural. Sólo donde existen el amor y la fidelidad, nace y perdura la verdadera libertad. Por eso, la Iglesia aboga por adecuadas medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización; para que el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado; para que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción; para que la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente. Por eso, la Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar”. (SL) (Agencia Fides 8/11/2010)


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