VATICANO - Benedicto XVI cierra el Sinodo por Oriente Medio exhortando a “no resignarse a la falta de paz” y a promover “una auténtica libertad religiosa y de conciencia”

lunes, 25 octubre 2010

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “Desde hace demasiado tiempo en Oriente Medio perduran los conflictos, las guerras, la violencia, el terrorismo. La paz, que es don de Dios, también es el resultado de los esfuerzos de los hombres de buena voluntad, de las instituciones nacionales e internacionales, y en particular de los Estados más implicados en la búsqueda de la solución de los conflictos. Nunca debemos resignarnos a la falta de paz. La paz es posible. La paz es urgente. La paz es la condición indispensable para una vida digna de la persona humana y de la sociedad. La paz es también el mejor remedio para evitar la emigración de Oriente Medio”. Son las palabras del Santo Padre Benedicto XVI durante la concelebración Eucarística con los Padres Sinodales, para la conclusión de la Asamblea Especial por Oriente Medio del Sinodo de los Obispos, que ha presidido el domingo 24 de octubre en la Basílica del Vaticano.
Después de haber exhortado a rezar por la paz en Oriente Medio y a esforzarse “para que este don de Dios ofrecido a los hombres de buena voluntad se difunda por el mundo entero”, el Papa ha citado otra contribución que los cristianos pueden aportar a la sociedad: “la promoción de una auténtica libertad religiosa y de conciencia, uno de los derechos fundamentales de la persona humana que cada Estado debería respetar siempre. En numeroso países de Oriente Medio existe la libertad de culto, pero no pocas veces el espacio de la libertad religiosa es muy limitado. Ampliar este espacio de libertad es una exigencia para garantizar a todos los que pertenecen a las distintas comunidades religiosas la verdadera libertad de vivir y profesar su fe”.
En la homilia el Pontífice ha recordado “a tantos hermanos y hermanas que viven en la región medio-oriental y que se encuentran en situaciones difíciles, a veces muy duras, tanto por los problemas materiales como por el desánimo, el estado de tensión y, a veces, el miedo”. La Asamblea sinodal ha permitido compartir “las alegrías y los dolores, las preocupaciones y las esperanzas de los cristianos de Oriente Medio” y también “la unidad de la Iglesia en la variedad de las Iglesias presentes en esa región” ha dicho el Papa, exhortando a valorar “la riqueza litúrgica, espiritual y teológica de las Iglesias Orientales Católicas, además de la de la Iglesia Latina… también en las respectivas comunidades de Oriente Medio, favoreciendo la participación de los fieles en las celebraciones litúrgicas de los demás ritos católicos y, por lo tanto, la apertura a la dimensión de la Iglesia universal”.
Entre los desafios de la Iglesia católica de Oriente Medio, el Papa ha puesto de relieve “la comunión en el interior de cada Iglesia sui iuris, así como en las relaciones entre las varias Iglesias Católicas de distintas tradiciones”, y ha remarcado la necesidad de la humildad “para reconocer nuestros límites, nuestros errores y nuestras omisiones”, porque “una comunión más plena en el interior de la Iglesia Católica favorece también el diálogo ecuménico con las otras Iglesias y Comunidades eclesiales”.
Finalmente dirige una exhortación a los cristianos de Oriente Medio, los cuales, aunque poco numerosos, “son portadores de la Buena Nueva del amor de Dios por el hombre, amor que se reveló precisamente en Tierra Santa en la persona de Jesucristo. Esta Palabra de salvación… es la única Palabra capaz de romper el círculo vicioso de la venganza, del odio, de la violencia… los cristianos, ciudadanos de pleno derecho, pueden y deben dar su contribución con el espíritu de las bienaventuranzas, convirtiéndose así en constructores de paz y en apóstoles de reconciliación para el beneficio de toda la sociedad”. (SL) (Agencia Fides 25/10/2010)


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