VATICANO - El Card. Hummes a los sacerdotes: “Debemos ser muy conscientes de la urgencia misionera actual. Hace falta que nos levantemos y vayamos de misiones por todas partes

jueves, 10 junio 2010


Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “El gran objetivo del año sacerdotal ha sido el de renovar en cada uno de los presbíteros la conciencia y la aplicación concreta de su verdadera identidad sacerdotal y de su espiritualidad específica, para retomar la misión de forma renovada” ha dicho el Cardenal Cláudio Hummes, Prefecto de la Congregación para el Clero, en la homilía de la Santa Misa que ha presidido en la Basilica de San Pablo el 9 de junio, dentro del contexto de las celebraciones de clausura del Año Sacerdotal.
A los cientos de sacerdotes reunidos en la tumba del Apóstol de las gentes, “el gran e insuperable misionero de Jesús resucitado”, el Cardenal Hummes ha dicho: “La misión ad gentes y la nueva evangelización misionera en las tierras ya evangelizadas son cada vez más urgentes en todas partes y es necesario actuarlas ‘con nuevo ardor misionero, nuevos métodos y expresiones nuevas’. Nuestro amado Papa Benedicto XVI, hablando de la urgencia misionera, ha dicho justamente que ‘no es suficiente conservar las comunidades que ya existen, aunque esto es importante’. Esto significa que es urgente levantarse e ir de misión. Esto es lo que el Espíritu Santo en este encuentro internacional, quiere renovar en todos nosotros”.
Recordando el encuentro de Saulo con Jesús resucitado, el Cardenal Hummes, ha dicho que “el Señor lo llama y lo envía de misión entre las gentes. Esta es la ruta a seguir, que se nos propone hoy también a nosotros, sacerdotes de Cristo”. Luego a proseguido: “Debemos ser, por tanto, muy conscientes de la actual urgencia misionera. Sintámonos una vez más llamados y enviados por el Señor. Hace falta que nos alcemos y vayamos de misiones a todas partes. Por un lado, la des-cristianización de los países ya evangelizados por otro, la nueva evangelización, que a menudo tendrá que ser una auténtica primera evangelización, además del primer anuncio de Jesucristo en países y en ámbitos estrictamente llamados tierras de misión ad Gentes, mostrando la inmensidad de la obra misionera que queda por hacer. El envío de Cristo resuena también hoy para nosotros, ‘Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura’ (Mc 16, 15)”.
Los primeros destinatarios de la misión son los pobres de modo particular. “Hoy todavía hay cientos de millones de seres humanos que se ven obligados a vivir en extrema pobreza e incluso en la miseria y el hambre - ha destacado el Cardenal -. Son marginados y excluidos de la mesa de los bienes materiales, sociales, culturales y, a menudo de la mesa de los bienes espirituales. Son ellos los primeros que tienen derecho a recibir la buena noticia de que Dios es un Padre que los ama incondicionalmente y que Él no aprueba las condiciones inhumanas en que se encuentran los pobres, sino que requiere que sus derechos humanos sean reconocidos, respetados y se apliquen plenamente en la práctica. La evangelización y el verdadero desarrollo humano no se puede separar... Los pobres que viven en los suburbios o en el campo necesitan sentir la cercanía de la Iglesia, sea en la ayuda a las necesidades más urgentes, como en la defensa de sus derechos y en la promoción común de una sociedad basada en la justicia y la paz”.
En la parte final de su homilía, el Cardenal ha subrayado que el sacerdote encuentra en la Palabra de Dios, en la Eucaristía y en la oración los medios para vivir y actuar su vocación y su misión. “Todo el ministerio del presbítero está ordenado a la Eucaristía para desde la Eucaristía repartir para la misión. La misión busca traer nuevos discípulos a la mesa del Señor y de la mesa de la Eucaristía, los discípulos parten de nuevo para la misión”. (SL) (Agencia Fides 10/6/2010)


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