VATICANO - Benedicto XVI: “es necesaria una nueva, intensa, actividad de evangelización, no sólo entre los pueblos que nunca han conocido el Evangelio, sino también en aquellos en los que el cristianismo se ha difundido”

martes, 26 enero 2010

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “en un mundo marcado por la indiferencia religiosa, e incluso por una creciente aversión a la fe cristiana, es necesaria una nueva, intensa, actividad de evangelización, no sólo entre los pueblos que nunca han conocido el Evangelio, sino también en aquellos en los que el cristianismo se difundió y forma parte de su historia”: es el llamamiento lanzado por el Santo Padre Benedicto XVI durante la celebración de las Vísperas que presidió en la basílica de San Pablo Extramuros, la tarde del 25 de enero, solemnidad de la Conversión del Apóstol San Pablo, al concluir la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Participaron en la ceremonia representantes de las otras Iglesias y Comunidades eclesiales presentes en Roma.
El Santo Padre ha recordado en la homilía la reciente celebración del Año de San Pablo, que nos ha dado la oportunidad “de profundizar en su extraordinaria labor como predicador del Evangelio, y... en nuestra llamada a ser misioneros del Evangelio”. Al comentar el pasaje evangélico de los discípulos de Emaus, proclamado un poco antes, hizo hincapié en que el testimonio, “entonces como ahora, nace a partir del encuentro con Cristo Resucitado, se nutre de la relación constante con Él, es animado por el profundo amor a Él... Por esto, Jesús promete a sus discípulos y a cada uno de nosotros una poderosa ayuda desde lo alto, una nueva presencia, el Espíritu Santo, don de Cristo Resucitado, que nos guía a la verdad plena... Los once gastarán toda su vida en anunciar la buena noticia de la muerte y resurrección del Señor y la mayoría sellarán su testimonio con la sangre del martirio, semilla que ha producido una cosecha abundante”.
Refiriéndose al tema escogido este año para la semana de Oración por la Unidad de los Cristianos “De esto vosotros sois los testigos” (Lc 24, 48), el Papa ha evidenciado la invitación a “un testimonio común de Cristo resucitado según el mandato que confió a los discípulos”, unido al recuerdo del centenario de la Conferencia misionera de Edimburgo, en Escocia, que es considerado por muchos como un acontecimiento determinante para el nacimiento del movimiento ecuménico moderno. “Precisamente el deseo de anunciar a los demás a Cristo y de llevar al mundo su mensaje de reconciliación hace experimentar la contradicción de la división de los cristianos” ha proseguido el Pontífice, subrayando como “la comunión y la unidad de los discípulos de Cristo es, por tanto, condición particularmente importante para una mayor credibilidad y eficacia de su testimonio”.
Benedicto XVI tras poner de relieve que siguen existiendo cuestiones que separan a los cristianos los unos de los otros, “y que esperamos que se puedan superar a través de la oración y el diálogo”, existe sin embargo “un contenido central del mensaje de Cristo que podemos anunciar juntos: la paternidad de Dios, la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte con su cruz y su resurrección, la confianza en la acción transformadora del Espíritu”. Finalmente el Papa ha llamado a ofrecer un testimonio común frente a los desafíos cada vez más complejos de nuestro tiempo, como la secularización y la indiferencia, el relativismo y el hedonismo, los delicados temas éticos concernientes al principio y al final de la vida, los límites de la ciencia y de la tecnología, el diálogo con las demás tradiciones religiosas. hay además ulteriores campos donde es necesario dar un testimonio común y que son la salvaguarda de la Creación, la promoción del bien común y de la paz, la defensa de la centralidad de la persona humana, el compromiso para vencer las miserias de nuestro tiempo, como el hambre, la indigencia, el analfabetismo, la desigual distribución de los bienes. (SL) (Agencia Fides 26/01/2010)


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