VATICANO - Benedcto XVI a la Curia: “Para la Iglesia y para mí personalmente, el año que se está cerrando ha sido en gran parte un año bajo el signo de Africa”

martes, 22 diciembre 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “Otro año rico en acontecimientos importantes para la Iglesia y para el mundo está a punto de acabar. Para la Iglesia y para mí personalmente, el año que se está cerrando ha sido en gran parte un año bajo el signo de Africa” ha dicho el Santo Padre en su discurso a la Curia romana, recibida con ocasión del intercambio de las felicitaciones navideñas el 21 de diciembre. El Papa ha recordado ante todo su viaje a Camerun y Angola, citando “la alegría festiva y el afecto cordial” con el que ha sido acogido el Sucesor de Pedro, experimentando así la Iglesia universal, la comunidad que abraza el mundo y que Dios reune a través de Cristo. “Todos juntos somos familia de Dios, hermanos y hermanas en virtud de un único Padre: ésta ha sido la experiencia vivida”. En particular el Papa ha citado las Celebraciones litúrgicas como “verdaderas fiestas de fe”, caracterizadas por una gran alegría compartida, “que se expresaba también a través del cuerpo, pero de manera disciplinada y orientada de la presencia del Dios viviente” y del “sentido de lo sagrado”.
El viaje tenía como objetivo la entrega del Instrumentum laboris para la Segunda Asamblea Especial por el África del Sínodo de los Obispos, que se habría desarrollado en octubre: “Con ocasión de mi visita en África - ha dicho el Papa - se ha hecho evidente ante todo la fuerza teológica y pastoral de la Primacía Pontificia como punto de convergencia para la unidad de la Familia de Dios. Allí, en el Sínodo, ha emergido todavía con más fuerza la importancia de la colegialidad, de la unidad de los obispos, que reciben su ministerio justo por el hecho de entrar en la comunidad de los Sucesores de los Apóstoles”. Benedicto XVI ha subrayado depués “en la comunión del Sínodo se ha vivido de modo muy práctico la ecclesiologia del Concilio”.
Deteniéndose sobre el tema del Sínodo – “La Iglesia en África al servicio de la reconciliación, de la justicia y de la paz” - el Santo Padre ha subrayado que se trata de “un tema teológico y sobre todo pastoral de gran actualidad, pero podía malinterpretarse como un tema político… La cuestión muy concreta delante de la que los pastores se encuentran continuamente es ésta: ¿cómo podemos ser realistas y prácticos, sin arrogarnos una competencia política que no nos corresponde? ¿Los Padres Sinodales han logrado encontrar la vía más bien estrecha entre una simple teoría teológica y una inmediata acción política, la via del 'pastor'?” Como ya tuvo ocasión de decir en su discurso al final del Sínodo, el Papa ha remarcado su juicio afirmativo.
Tomando en examen el término “reconciliación”, Benedicto XVI ha notado que “la paz puede realizarse solamente si se llega a una reconciliación interior... Cada sociedad necesita de reconciliaciones, para que pueda haber paz. Son necesarias reconciliaciones para una buena política, pero no pueden ser únicamente realizádas por ella. Son procesos pre-políticos y tienen que manar de otras fuentes”. Con respecto a la tarea de la Iglesia por la reconciliación, el Papa ha subrayado que “si el hombre no es reconciliado con Dios, también está en discordia con la creación. Además forma parte de la reconciliación la capacidad de reconocer la culpa y de pedir perdón, a Dios y al otro. Y por fin pertenece al proceso de la reconciliación la disponibilidad a la penitencia, la disponibilidad a sufrir hasta el final por una culpa y a dejarse transformar. Y forma parte de ello la gratuidad... la disponibilidad a ir más allá de lo necesario, a no hacer cuentas, sino a ir más allá de lo que requieren las simples condiciones jurídicas”.
“Tenemos que aprender de nuevo la capacidad de reconocer la culpa - ha dicho Benedicto XVI -, tenemos que sacudirnos de encima la ilusión de ser inocentes. Tenemos que aprender la capacidad de hacer penitencia, de dejarnos transformar; de ir al encuentro del otro y de hacernos donar de Dios el ánimo y la fuerza para una tal renovación. En este nuestro mundo de hoy tenemos que redescubrir el Sacramento de la penitencia y la reconciliación... Si no se crea en los corazones la fuerza de la reconciliación, el compromiso político por la paz adolece del presupuesto interior”.
Todavía refiriéndose a la palabra-clave “reconciliación” el Papa también ha recordado la peregrinación en Jordania y en Tierra Santa: “todo lo que se puede ver en aquellos Países, invoca reconciliación, justicia, paz”. Con respecto al viaje en la República Checa, un País con mayoría de agnósticos y ateos, Benedicto XVI ha subrayado que “también las personas que se dicen agnósticas o ateas, nos preocupen a nosotros como creyentes”. El primer paso de la evangelización consiste en preocuparnos que “el hombre no emplace la cuestión sobre Dios” y volviendo a llamar las palabras que Jesús cita del profeta Isaías, es decir que el templo debería ser una casa de oración para todos los pueblos, Benedicto XVI ha añadido: “Yo pienso que la Iglesia también tendría que abrir hoy un tipo de 'patio de los gentiles' dónde los hombres puedan de alguna manera engancharse a Dios, sin conocerlo y antes que hayan encontrado el acceso a su misterio, a cuyo servicio está la vida interior de la Iglesia. Al diálogo con las religiones tiene que sumarse hoy sobre todo el diálogo con los que la religión es una cosa extraña, a los cuales Dios es desconocido y que, sin embargo, no querrían permanecer sencillamente sin Dios, sino acercarse a Él al menos como Desconocido”. (S.L.) (Agencia Fides 22/12/2009)


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