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Colombo (Agencia Fides) – A cinco años de la catástrofe del tsunami, en Sri Lanka la vida vuelve a florecer y el balance es positivo: lo comunidad a Agencia Fides un network formado por Caritas Alemania, UNICEF, Cruz Roja y la Agencia de ayuda de la Iglesia Luterana que, en conjunto, han procurado ayuda por un valor de 330 millones de euros, empleados en proyectos de emergencia y, en su mayor parte, en la reconstrucción de las áreas afectadas, no solo en Sri Lanka, sino también en Indonesia, India del sur y Tailandia.
Oliver Muller, responsable de la Caritas Alemania, explica a Fides: “La situación ha mejorado. La cualidad de la vida en algunas zonas es más alta y los servicios son mejores respecto a la época precedente al tsunami: hoy hay escuelas, servicios sanitarios. Muchos que en el pasado estaban al margen de la sociedad, hoy están integrados y han encontrado una nueva actividad económica para sostenerse. Podemos decir que satisfacción que se perciben grandes progresos. El balance es seguramente muy positivo”.
Uno de los puntos importantes para lograr estos resultados ha sido el de “involucrar desde el inicio de la reconstrucción a las comunidades locales, que han sido las protagonistas”. Además, en el plan de prevención, las comunidades están dotadas por uno especial “Tsunami Warning System”, un sistema de alerta capaz de individuar un eventual nuevo tsunami y avisar tempestivamente para poner a salvo a las poblaciones costeras.
El network va más allá, y según la lógica cristiana del “bien que puede nacer de un mal”, afirma: “Se puede afirmar sin duda alguna que el tsunami ha sido la ocasión para un nuevo inicio, un momento en que la solidaridad global ha confluido, en uno de los raros momentos de unidad sin obstáculos”.
Así mismo hace un llamado en ocasión del vértice de Copenhague: “Los cambios climáticos son el tsunami del mañana: es urgente un compromiso de toda la comunidad internacional para contrastarlos”.
El 26 diciembre del 2004 un terremoto de 9.5 escala Richter, a lo largo de la isla del Sumatra generó una ola anómala tsunami que afectó a 13 países, devastando particularmente las costas de la misma Sumatra, de Tailandia, de Sri Lanka y de India meridional. Fue uno de los peores desastres naturales de la historia: las víctimas fueron más de 228 mil, los que perdieron su casa uno 1,8 millones. La comunidad internacional, en un esfuerzo con los gobiernos e instituciones, juntó ayuda por un valor de 13,5 mil millones de dólares. (PA) (Agencia Fides 18/12/2009; líneas 22, palabras 437)
