VATICANO - La Jornada Misionera Mundial “constituye para toda comunidad eclesial y para cada cristiano un fuerte llamamiento al compromiso de anunciar y testimoniar el Evangelio a todos”, recuerda en el Ángelus Benedicto XVI, y agradece a las Obras Misionales Pontificias por el servicio de animación y formación que llevan a cabo

lunes, 19 octubre 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – El domingo 18 de octubre, el Santo Padre Benedicto XVI dedicó su discurso antes del rezo del Ángelus con los peregrinos reunidos en plaza San Pedro a la Jornada Misionera Mundial y al Sínodo de África. Estas fueron las palabras del Papa:
“Hoy, tercer domingo de octubre, se celebra la Jornada Mundial de las Misiones, que constituye para todas las comunidades eclesiales y para cada cristiano un fuerte llamamiento al compromiso de anunciar y testimoniar el Evangelio a todos, en particular a los que todavía no lo conocen. En el Mensaje que he escrito para esta ocasión, me he inspirado en una expresión del Libro del Apocalipsis, que a su vez se hace eco de una profecía de Isaías: ‘Las naciones caminarán en su luz’ (Ap 21,24). La luz de la que se habla es la de Dios, revelada por el Mesías, y reflejada en el rostro de la Iglesia, representada como la nueva Jerusalén, ciudad maravillosa en la que resplandece con toda su plenitud la gloria de Dios. Es la luz del Evangelio, que orienta el camino de los pueblos y los guía hacia la formación de una gran familia, en la justicia y la paz, bajo la paternidad del Dios único bueno y misericordioso. La Iglesia existe para anunciar este mensaje de esperanza a toda la humanidad, que en nuestro tiempo ‘ha logrado grandes conquistas, pero parece haber perdido el sentido de las realidades últimas y de la misma existencia’ (Juan Pablo II, Redemptoris missio, 2).
En el mes de octubre, especialmente en este domingo, la Iglesia universal destaca la propia vocación misionera. Guiada por el Espíritu Santo, se sabe llamada a proseguir la obra del mismo Jesús anunciando el Evangelio del Reino de Dios, que ‘es justicia, paz y gloria en el Espíritu Santo’ (Rm 14,17). Este Reino está ya presente en el mundo como fuerza de amor, de libertad, de solidaridad, de respeto a la dignidad de cada hombre, y la Comunidad eclesial siente fuerte en el corazón la urgencia de trabajar para que la soberanía de Cristo se realice plenamente. Todos sus miembros e instrumentos cooperan en ese proyecto, según los diversos estados de vida y carismas. En esta Jornada Mundial de las Misiones quiero recordar a los misioneros y misioneras – sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos voluntarios – que consagran su existencia a llevar el Evangelio al mundo, afrontando también obstáculos y dificultades y a veces hasta verdaderas persecuciones. Pienso, entre otros, en don Ruggero Ruvoletto, sacerdote fidei donum, recientemente asesinado en Brasil; en el padre Michael Sinnot, religioso, secuestrado hace pocos días en Filipinas. ¿Y cómo no pensar en lo que está emergiendo en el Sínodo de los Obispos por África en términos de extremo sacrificio y de amor a Cristo y a su Iglesia? Agradezco a las Obras Misionales Pontificias el precioso servicio que prestan a la animación y a la formación misionera. Invito además a todos los cristianos a un gesto material y espiritual de compartir para ayudar a las jóvenes Iglesias de los Países más pobres.
Queridos amigos, hoy, 18 de octubre, es también la fiesta de San Lucas evangelista que, además del Evangelio, escribió los Hechos de los Apóstoles, para narrar la expansión del mensaje cristiano hasta los confines del mundo entonces conocido. Invocamos su intercesión, junto con la de San Francisco Javier, la de Santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones, y la de la Virgen María, para que la Iglesia pueda continuar difundiendo la luz de Cristo entre todos los pueblos. Os pido, también, que recéis por la Asamblea especial para África del Sínodo de los Obispos, que en estas semanas se está celebrando aquí, en el Vaticano”.
Después del Ángelus, dirigiéndose a los fieles en diversos idiomas, el Papa recordó una vez más la Jornada Misionera y el Sínodo de África. Finalmente, en italiano, saludó a los Clérigos Regulares de la Madre de Dios, presentes para culminar el IV Centenario de la muerte del Fundador, San Juan Leonardi. “Queridos hermanos – dijo el Papa –, con vosotros están también los alumnos de todos los Colegios de Propaganda Fide, acompañados por el cardenal Iván Dias, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, así como los representantes de los Farmacéuticos, de los que San Juan Leonardi es Patrón. Os exhorto a seguirle en el camino de la santidad y a imitar su celo misionero”. (S.L.) (Agencia Fides 19/10/2009; líneas 46, palabras 687)


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