VATICANO - "En todo lo que existe se encuentra, en cierto sentido, impreso el "nombre" de la Santísima Trinidad, pues todo el ser hasta las últimas partículas es ser en relación, y de este modo se trasluce el Dios-relación, se trasluce en última instancia el Amor creador": el Papa en el ángelus

lunes, 8 junio 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “Hoy contemplamos la Santísima Trinidad, tal y como nos la ha hecho conocer Jesús. Él nos reveló que Dios es amor "no en la unidad de una sola persona, sino en la Trinidad de una sola sustancia" (Prefacio de la misa de la Santísima Trinidad): es Creador y Padre misericordioso; es Hijo unigénito, eterna Sabiduría encarnada, muerto y resucitado por nosotros; por último, es Espíritu Santo que todo lo mueve, el cosmos y la historia, hacia la plena recapitulación final". Con estas palabras se ha dirigido el Santo Padre Benedicto XVI a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro antes de recitar la oración mariana del ángelus, domingo 7 de junio, solemnidad de la Santísima Trinidad.
"Tres personas que son un solo Dios- ha explicado el Papa - pues el Padre es amor, el Hijo es amor, el Espíritu es amor. Dios es todo amor y sólo amor, amor purísimo, infinito y eterno. No vive en una espléndida soledad, sino que más bien es fuente inagotable de vida que incesantemente se entrega y comunica. Lo podemos intuir en cierto sentido al observar tanto el macro-universo: nuestra tierra, los planetas, las estrellas, las galaxias; como el micro-universo: las células, los átomos, las partículas elementales. En todo lo que existe se encuentra, en cierto sentido, impreso el "nombre" de la Santísima Trinidad, pues todo el ser hasta las últimas partículas es ser en relación, y de este modo se trasluce el Dios-relación, se trasluce en última instancia el Amor creador. Todo procede del amor, tiende al amor, y se mueve empujado por el amor, naturalmente, según diferentes niveles de consciencia y de libertad”.
Después de haber citado el Salmo 8 "¡Señor Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!" (Sal 8,2), Benedicto XVI ha subrayado que "la prueba más fuerte de que estamos hechos a imagen de la Trinidad es ésta: sólo el amor nos hace felices, pues vivimos en relación, y vivimos para amar y para ser amados. Utilizando una analogía sugerida por la biología, diríamos que el ser humano lleva en el propio "genoma" la huella profunda de la Trinidad, de Dios-Amor". Por último ha invocado a la Virgen Maria, que “ha acogido la voluntad del Padre y ha concebido al Hijo por obra del Espíritu Santo", y es por lo tanto "espejo de la Trinidad Santa", porque ayuda a todos a crecer en la fe en el misterio trinitario. (S.L) (Agencia Fides 8/6/2009)


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