EUROPA/ITALIA - "Se debe llegar al punto en que quede abolido en todo el mundo la pena de muerte, porque es señal de incivicismo, porque no se puede castigar un crimen con otro crimen": el Card. Martino en el Congreso internacional de Ministros de Justicia

martes, 26 mayo 2009

Roma (Agencia Fides) - "Tenemos que convertir los Estados Unidos y China, para que eliminen la pena de muerte. Estos dos gigantes tienen un gran papel internacional". Son las palabras del Cardenal Renato Raffaele Martino, Presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, pronunciadas durante el IV Congreso internacional de Ministros de Justicia organizado por la Comunidad de san Egidio el 25 de mayo en Roma. 35 personalidades políticas y de la sociedad civil - de los cuales 15 eran ministros de Justicia, junto a parlamentarios, jueces de Tribunales Supremos, procuradores de 25 países - se han reunido en Campidoglio para continuar un recorrido unitario hacia una meta posible: la moratoria a la abolición de la pena de muerte.
Desde la última edición del Congreso, en el 2008, Uzbekistán, Burundi, Togo Rwanda y Gabón se han sumado a la lista de Países que han exiliado la condena capital. "Dónde se habla contra la pena de muerte - ha explicado el Cardenal – allí estoy yo. Han sido 16 años en las Naciones Unidas como representante de la Santa Sede y en todas las iniciativas para hacer declarar la moratoria contra la pena de muerte, que tan solo recientemente se ha adoptado, yo he trabajado noche y día. Naturalmente esta iniciativa de San Egidio es muy buena porque sigue proponiendo la cultura de la vida a la que se opone la pena de muerte. En el camino de progreso ha habido pasos importantes como la reciente abolición de la pena de muerte por parte del estado americano de Nuevo México, pero sabemos bien que todavía hay muchos países donde se aplica este crimen. Se debe llegar al punto en que quede abolido en todo el mundo la pena de muerte, porque es señal de incivicismo, porque no se puede castigar un crimen con otro crimen”.
Mario Marazziti, de la Comunidad de San Egidio, ha subrayado que "esta cita anual nos permite ver la situación de los países que todavía tienen la pena de muerte y cuáles no. Desde aquel momento histórico de diciembre de 2007, cuando la 62° Asamblea de las Naciones Unidas adoptó un texto con el que invitaba a los Estados que todavía mantenían la pena de muerte a realizar una moratoria de las ejecuciones, se han dado ulteriores pasos hacia adelante. Ahora son 120 los Estados que no tienen la pena de muerte, de iure o de facto, pero todavía son muchos los que la aplican."
En este camino Nicola Mancino Vice presidente del Consejo Superior de la Magistratura, ha subrayado el papel de Europa y, en particular de Italia, en este camino hacia la plena civilización. "La batalla contra la pena de muerte - ha subrayado Mancino - es un lucha por la civilización, la cultura de la vida y la justicia. Europa es la cuna de la civilización y la vida. El Tratado de Niza, que ha sancionado los derechos de los ciudadanos europeos, pone la condición de que para pertenecer a la Unión Europea hay que defender la vida y excluir de iure, no solo de facto, la pena de muerte. Estamos convencidos de que la pena de muerte, lejos del prevenir el crimen, quita humanidad a la civilización". También ha hablado en el Congreso el ministro de Justicia de Sudáfrica, Jeffery Thamsanqua Radede, quien ha subrayado como la Constitución del nuevo Sudáfrica, después del apartheid, ha adoptado en los derechos fundamentales la exclusión de la pena de muerte, como demostración de que, en un contexto tan profundamente herido por la historia, sólo el espíritu de reconciliación puede garantizar una nueva sociedad y una nueva convivencia. (M.T) (Agencia Fides 26/5/2009)


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