VATICANO - Benedicto XVI a la Pontificia Academia Eclesiástica: “El Señor nos quiere santos, no nos quiere preocupados por construirnos una carrera humanamente interesante o cómoda, sino totalmente dedicados al bien de las almas, dispuestos a cumplir hasta el fondo nuestro deber”

lunes, 25 mayo 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “El servicio en las Nunciaturas Apostólicas se puede considerar en alguna medida, como una vocación sacerdotal específica, un ministerio pastoral que comporta una inserción particular en el mundo y en sus problemáticas a menudo muy complejas, de carácter social y político. Y por ello es importante que aprendáis a descifrarlas, sabiendo que el ‘código’, por decir así, de análisis y de comprensión de estas dinámicas no puede ser otra que el Evangelio y el Magisterio permanente de la Iglesia”. Lo subrayó el Santo Padre Benedicto XVI hablando a los miembros de la Comunidad de la Pontificia Academia Eclesiástica, recibidos en audiencia el 23 de mayo al final de la mañana.
“Es necesario que os forméis en la lectura atenta de las realidades humanas y sociales, a partir de una cierta sensibilidad personal, que cada servidor de la Santa Sede debe poseer –recomendó el Papa–, y haciendo uso de una experiencia específica que se va adquiriendo durante los años. Además, aquella capacidad de diálogo con la modernidad que os es requerido, unida al contacto con las personas y las instituciones que éstas representan, exigen una robusta estructura interior y una solidez espiritual en grado de salvaguardar y, más aún, evidenciar cada vez mejor vuestra identidad cristiana y sacerdotal. Sólo así podréis evitar recibir los efectos negativos de la mentalidad mundana, y no os dejaréis atraer o contaminar con lógicas demasiado terrenas”.
El Santo Padre subrayó que “es al Señor mismo a quien, siempre y por sobre todo, debéis hacer referencia”, recordando que “es esencial y fundamental para el ministerio sacerdotal, en cualquier modo que éste se ejercite, mantener una relación personal con Jesús”. “El Señor nos quiere santos, es decir totalmente “de Él” –continuó el Pontífice–, no preocupados por construir una carrera humanamente interesante o cómoda, no en la búsqueda del aplauso o del éxito con la gente, sino totalmente dedicados al bien de las almas, dispuestos a cumplir plenamente nuestro deber, con la conciencia de ser ‘siervos inútiles’, felices de poder ofrecer nuestro pobre aporte en la difusión del Evangelio”.
En su discurso Benedicto XVI recomendó a los miembros de la Pontificia Academia Eclesiástica ser en primer lugar “hombres de intensa oración, que cultivan una comunión de amor y de vida con el Señor… Quien trabaja de esta manera en la viña del Señor sabe que todo lo que se realiza con dedicación, con sacrificio y por amor, nunca se pierde. Y si, eventualmente, nos es dado saborear el cáliz de la soledad, de la incomprensión y del sufrimiento, si el servicio resulta muy pesado y la cruz muy dura de llevar, nos ha de sostener y consolar la certeza de que Dios sabe hacer las cosas fecundas”.
El Papa concluyó exhortando a valorar al máximo el Año Sacerdotal, que se iniciará el próximo 19 de junio, solemnidad del Santísimo Corazón de Jesús y Jornada de santificación sacerdotal, “para ser sacerdotes según el corazón de Cristo, como san Juan María Vianney, el santo cura de Ars, cuyo 150 aniversario nos estamos preparando para celebrar”. (S.L.) (Agencia Fides 25/5/2009; líneas 40, palabras 550)


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