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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Cristo se ha entregado por cada uno de vosotros y os ama de modo único y personal. Responded vosotros al amor de Cristo ofreciéndole vuestra vida con amor. De este modo, la preparación de la Jornada Mundial de la Juventud, cuyos trabajos habéis comenzado con mucha ilusión y entrega, serán recompensados con el fruto que pretenden estas Jornadas: renovar y fortalecer la experiencia del encuentro con Cristo muerto y resucitado por nosotros". Son las palabras del Santo Padre Benedicto XVI durante la audiencia del 6 de abril a una numerosa representación madrileña, llegada a Roma para recibir la Cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud de sus coetáneos australianos. Con el icono mariano, la Cruz será llevada en peregrinación por las ciudades españolas con vistas a la celebración de la JMJ en Madrid en el 2011.
"¡Id tras las huellas de Cristo. Él es vuestra meta, vuestro camino y también vuestro premio" ha dicho el Papa a los jóvenes españoles. " La vida es un camino, ciertamente. Pero no es un camino incierto y sin destino fijo, sino que conduce a Cristo, meta de la vida humana y de la historia. Por este camino llegaréis a encontraros con Aquel que, entregando su vida por amor, os abre las puertas de la vida eterna. Os invito, pues, a formaros en la fe que da sentido a vuestra vida y a fortalecer vuestras convicciones, para poder así permanecer firmes en las dificultades de cada día”.
Benedetto XVI ha exhortado a los jóvenes a implicar en este camino a sus amigos, compañeros de estudio y trabajo, de modo que también ellos conozcan a Jesucristo y lo profesen como el Señor de su vida. "Los jóvenes de hoy necesitan descubrir la vida nueva que viene de Dios, saciarse de la verdad que tiene su fuente en Cristo muerto y resucitado y que la Iglesia ha recibido como un tesoro para todos los hombres”.
El tiempo de preparación para la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid "es una ocasión extraordinaria para experimentar además la gracia de pertenecer a la Iglesia, Cuerpo de Cristo" ha subrayado el Papa, ya que "manifiestan el dinamismo de la Iglesia y su eterna juventud. Quien ama a Cristo, ama a la Iglesia con una misma pasión, pues ella nos permite vivir en una relación estrecha con el Señor”. El Pontífice ha exhortado a los jóvenes a cultivar las iniciativas que les permitan sentirse miembros de la Iglesia, en plena comunión con sus Pastores y con el Sucesor de Pedro, y a rogar comunitariamente, abriendo las puertas de las parroquias, de las asociaciones y de los movimientos "para que todos puedan sentirse en la Iglesia como en su propia casa, en la que son amados con el mismo amor de Dios” y también los ha invitado a celebrar y vivir la fe "con inmensa alegría, que es el don del Espíritu".
Concluyendo su discurso, el Papa ha invitado a los jóvenes a vivir los días de la Semana Santa contemplando Cristo "en los misterios de su pasión, muerte y resurrección", dónde se puede palpar el amor de Dios manifestado en Cristo. "La cruz se convierte así en el signo mismo de la vida, pues en ella Cristo vence el pecado y la muerte mediante la total entrega de sí mismo- ha dicho el Pontífice -. Por eso, hemos de abrazar y adorar la cruz del Señor, hacerla nuestra, aceptar su peso como el Cireneo para participar en lo único que puede redimir a toda la humanidad. En el bautismo habéis sido marcados con la cruz de Cristo y le pertenecéis totalmente. Haceos cada vez más dignos ella y jamás os avergoncéis de este signo supremo del amor". Al término Benedicto XVI ha invitado a los jóvenes a realizar los trabajos de preparación para la Jornada Mundial de la Juventud dejándose invadir por la potencia y la sabiduría de Dios, así esta Jornada hará de Madrid “un lugar radiante de fe y vida, donde jóvenes de todo el mundo festejen con entusiasmo a Cristo”. (S.L) (Agencia Fides 7/4/2009)
